Ruta navideña por Alsacia
Alsacia en Navidad es como entrar en un cuento de hadas. Esta región francesa se convierte en un escenario de ensueño, donde el ambiente festivo está presente en cada rincón.
Con sus pintorescos pueblos, sus mercados tradicionales y las calles adornadas, ofrece una experiencia única a los visitantes de todo el mundo que hasta allí se desplazan. Pero, sin duda alguna, los mercados navideños son su mayor reclamo, pues en ellos podéis encontrar productos artesanales y adornos de Navidad o probar su suculenta gastronomía, entre otras actividades.
¿Cómo desplazarse por Alsacia?
Como os podéis imaginar, explorar Alsacia en esta época es una experiencia que despierta todos los sentidos. Se puede llegar hasta allí en coche o tren, ya que está perfectamente comunicada por ambos medios de transporte, aunque quizá lo más cómodo es ir en avión hasta los aeropuertos de Estrasburgo, Basilea o Baden-Baden. Y una vez allí, con el fin de poder exprimir al máximo la experiencia, se puede alquilar un vehículo.
Para nuestra Ruta RACC elegimos explorar la región en cámper, alquilándola en Roadsurfer. Esta empresa ofrece una amplia variedad de modelos, así que elegir la que mejor se adapte a las necesidades de cada uno es muy fácil.
Una vez hecha la elección, nos pusimos a organizar la ruta, que nos llevaría a recorrer desde Colmar hasta Estrasburgo. Saber dónde poder acampar fue sencillo gracias a la app Roadsurfer Spots, que ofrece la posibilidad de reservar campings por Europa de forma personalizada; y además, dependiendo del país, tienen rutas ya planificadas.
Recorrido navideño
Para descubrir qué ofrece cada pueblo, vamos a ir explicando individualmente cada una de las paradas que realizamos en esta Ruta RACC.
Colmar
Es un must de la visita a Alsacia, especialmente en Navidad. Su centro histórico es una especie de museo al aire libre, ya que algunas de sus tradicionales y coloridas casas de madera datan de los siglos XV y XVI. Además, también es imperdible el barrio conocido como la “Pequeña Venecia”, por donde pasa un entramado de canales, así como la Rue des Marchands, el mercado cubierto o edificios religiosos como la iglesia de San Mateo o la catedral de San Martín, entre otros.
En cuanto a mercados navideños, son seis los que se encuentran repartidos por el municipio. Este año están abiertos hasta el 29 de diciembre, en horario de 10 a 19 h, de lunes a jueves, y de 10 a 20 h los viernes, sábados y domingos.
Si buscas un mercado tradicional, acércate a la Place Jeanne d’Arc o visita el interior del Koïfhus, mercado dedicado a la artesanía. En la Place de la Cathédrale tendrás un mercado navideño gourmet. Por otro lado, si quieres hacerte con algún adorno de Navidad, el mercado de la Place des Dominicains es tu lugar. Mientras, en la Place de l’Ancienne Douane podrás deleitarte con las luces y los productos hechos a mano. Pero, si en este viaje te acompañan niños, no puedes irte de Colmar sin pasar por el mercado instalado en el barrio de la Pequeña Venecia.
Eguisheim
A solo 8 kilómetros de Colmar está Eguisheim, considerado uno de los pueblos más bonitos de Francia.
Una de sus características es la organización urbanística, ya que sus calles estrechas y empedradas forman círculos concéntricos. En su exterior los viñedos rodean el pueblo, y de estas vides salen los vinos AOC Alsace Grand Cru, con denominación de origen.
Su mercado navideño está situado en la plaza central y, aunque este es más pequeño que otros, no le falta ni un ápice de encanto. Entre sus puestos encontrarás artesanía, gastronomía y adornos navideños. Todo ello envuelto de un bonito alumbrado que se ilumina al caer la noche.
Se puede visitar hasta el 23 de diciembre, de 9 a 19 h, salvo el sábado, que cierra a las 20 h.
Kaysersberg
En este pueblo encontramos los mercados más tradicionales de toda la región. Por sus calles hay puestos de venta de productos artesanales, de decoración, vino caliente y gastronomía típica, entre la que destaca el kougelhopf (una especie de bizcocho típico de la región alsaciana), el berawecka (un postre tradicional de Fin de Año con la canela, frutos secos y fruta confitada como protagonistas), el mannele (el brioche con forma humana típico durante el Adviento) o el bredele (unas galletas navideñas).
Además, en Kaysersberg también se puede disfrutar de conciertos los domingos de Adviento en la iglesia de la Santa Cruz, de representaciones de escenas navideñas y de un mercado de agricultores donde venden especialidades de la región.
Todo esto abre los fines de semana, de 10 a 20 h. No obstante, antes de ir es recomendable asegurarse del horario, ya que puede variar.
Riquewihr
A solo 15 kilómetros al norte de Colmar se encuentra la población de Riquewihr. Sin duda, si buscas sumergirte en la historia, la arquitectura medieval y el encanto de Alsacia, este es tu lugar, y solo te llevará algunas horas. Su belleza encandila, no en vano existe el rumor de que este pueblo fascinó a los estudios Disney, siendo este una fuente de inspiración para crear el escenario de La bella y la bestia.
Más allá de esto, este lugar también es conocido por sus pastelerías, y podrás degustar sus dulces mientras ves la antigua torre de vigilancia (Le Dolder), los restos de la ciudad amurallada o la Maison Zimmer, que llama la atención por ser de color azul.
En la Place Fernand Zeyer está el epicentro del mercado navideño, aunque entre sus calles también hay puestos. Entre los artículos que encontrarás hay una gran gama de productos artesanales, que van desde adornos navideños tradicionales hasta cerámica. Eso sí, deberás ir antes del 22 de diciembre si quieres verlo.
Turckheim
De Turckheim hay dos peculiaridades a destacar. La primera es que sus habitantes aún disfrutan de la figura del vigilante nocturno (garde de nuit, en francés), desde mayo hasta octubre y durante el mes de diciembre. En el último mes del año, el sereno no solo vigila el pueblo a partir de las 22 h, sino que también entretiene a lugareños y visitantes con historias, leyendas y anécdotas relacionadas con la vida de Turckheim, una tradición que pasa de padres a hijos.
La segunda particularidad de la localidad es su peculiar celebración del Adviento en Navidad. Las calles del pueblo se transforman en un gigantesco calendario en el que cada día, del 1 al 24 de diciembre, se ilumina una ventana diferente de una colorida casa revelando una escena navideña o una decoración especial.
Turckheim ofrece una experiencia verdaderamente encantadora y festiva durante la temporada navideña.
Hunawihr
Hunawihr es un destino tranquilo y pintoresco que ofrece a los visitantes una experiencia auténtica de la vida en un pueblo de la región de Alsacia, con su encanto rural, su belleza natural y su cultura vitivinícola. De hecho, una de las actividades que más se realizan en este pueblo son las catas de vino.
Durante la temporada navideña, puedes saborear las deliciosas especialidades alsacianas, como el pan de jengibre, los bredele, los vinos especiados y otros platos típicos de la región, en los restaurantes locales.
Ribeauvillé
Trovadores, juglares, campesinos, bailarines… Este pueblo francés propone uno de los mercados navideños más singulares de toda la región. Y es que, por su aire medieval, se recrea un mercado de esa época mezclado con los adornos navideños actuales.
Los mercaderes van disfrazados, hay puestos donde se escenifican las actividades laborales más comunes del medievo e, incluso, se pueden degustar platos de este tiempo pasado.
Para vivir esta experiencia se debe visitar Ribeauvillé durante los dos primeros fines de semana de diciembre, ya que son los únicos días que el mercado abre, en horario de 10 a 19 h los sábados y de 10 a 18 h los domingos. La mayoría de negocios y actividades se concentran en la Grand-Rue, principal arteria.
En cualquier caso, la belleza de este pueblo es tal que, si el viaje coincide con un día entre semana, la alternativa es perderse por sus calles o visitar los restos de los tres castillos medievales que hay.
Bergheim
Siguiendo la ruta hacia el norte se llega a Bergheim, cuyo nombre tiene origen en la unión de dos palabras alemanas: berg (montaña) y heim (pueblo).
Es un pueblo pequeño que se recorre en poco tiempo, pero no por ello deja de ser interesante. En primer lugar, cabe destacar que conserva gran parte de la doble muralla que servía de defensa en la época medieval, así como sus nueve torres de vigilancia. Además, al entrar en el pueblo por el arco de debajo de la emblemática Porte Haute se descubre otra realidad: esta torre gótica es de piedra en la cara que da a la carretera, mientras que la cara opuesta es de madera, en concordancia con el resto del pueblo.
También se puede visitar el monumento más antiguo del municipio, que data del año 1313. Y no, no es ni una casa ni una iglesia. Se trata de un árbol, concretamente de un tilo. Resulta ser el árbol más antiguo del Alto Rin, y se plantó para conmemorar los privilegios que el Estado austríaco concedió a esta villa.
Castillo de Haut-Koenigsbourg
Si te gusta visitar castillos, esta parada es imperdible. A tan solo unos 30 minutos de Colmar se encuentra el castillo de Haut-Koenigsbourg.
Su silueta, su color y su perfecto estado de conservación atrae las miradas. Este es un castillo fortificado de montaña que se encuentra a 757 metros de altura, ofreciendo desde allí unas vistas inigualables de la llanura de Alsacia. Antiguamente, este enclave fue un punto estratégico, ya que era la zona por donde pasaban dos rutas comerciales: la del trigo y el vino, de norte a sur, y la de la sal y la plata, de este a oeste.
Si por fuera es asombroso, por dentro tampoco deja a nadie indiferente. Se pueden visitar los sistemas de defensa, los pozos, los mecanismos de recuperación del agua de la lluvia, los patios, el jardín, las habitaciones, la sala del trono y la de recepción de visitantes, la bodega, la armería y la capilla. Todas ellas cuentan con mobiliario y decoración, dando la sensación de que el castillo está habitado y anclado en el tiempo.
Obernai
La peculiaridad de Obernai en Navidad radica en su enfoque por preservar las tradiciones y ofrecer una experiencia alsaciana auténtica.
Sus mercadillos son sencillos de visitar puesto que se encuentran en cuatro demarcaciones. El principal mercado navideño es el que se instala en la Place du Marché, con el campanario de la Virgen como monumento principal. En Navidad se ilumina y, junto con el árbol, el tiovivo y los puestos de comida, se convierte en un lugar precioso para visitar y recargar fuerzas.
También se instala un mercado en la Place de l’Étoile y otro en la Place du Beffroi, siendo este último gastronómico.
Además, debido a su proximidad con Estrasburgo, estos mercados navideños están abiertos todos los días hasta el 31 de diciembre, de 10 a 20 h, con la excepción del cierre del día 25 y del horario reducido del 24 y el 31 de diciembre.
Estrasburgo
La última parada de este viaje por Alsacia es Estrasburgo. Conocida como “la capital de la Navidad”, es uno de los destinos más emblemáticos donde celebrar las festividades navideñas en Europa.
Hasta el 24 de diciembre están abiertos sus mercados, que se encuentran repartidos en más de 10 plazas y cuentan con más de 300 puestos.
En la Place Kléber, en pleno centro de Estrasburgo, se instala uno de los mayores árboles de Navidad de toda Europa, con alrededor de 30 metros de altura. Cada tarde, durante 5 minutos y cada hora en punto, se hace un espectáculo de luz.
Christkindelsmärik, en la Place Broglie, es, con más de 450 años de celebración, el mercado más antiguo. Además, es uno de los más grandes de Estrasburgo y un lugar perfecto donde probar las especialidades alsacianas.
Como se ha señalado, Estrasburgo es la capital de la Navidad, así que esta temática tampoco podía faltar en sitios tan turísticos como la Catedral, la Place du Château o en sus calles más transitadas, como la Rue Gutenberg. Precisamente aquí se encuentra el mercado más singular de todos, cuya peculiaridad radica en que hay un árbol azul y que cada año se invita a un país para que muestre su gastronomía y productos locales.
Si bien es cierto que los mercados son un gran reclamo turístico, también lo son las luces que engalanan la ciudad y una curiosa casa adornada con gigantes osos de peluche.
Más allá del ambiente navideño, Estrasburgo ofrece otras actividades por hacer, como descubrir el Quartier Européen, el barrio donde están los edificios más importantes de la Comisión Europea; pasear por la Petit France, la antigua zona de pescadores; conocer la historia de los puentes cubiertos o entrar en alguno de los museos que hoy en día acoge el Palacio Rohan.