Efectiva, económica, ecológica y… ¡sana! La bicicleta es el medio de transporte más utilizado en el mundo y sus cifras de ventas en España no han dejado de crecer en los últimos años. Todo ello, sin tener en cuenta la proliferación de servicios públicos de alquiler.

La bicicleta está perdiendo su estacionalidad y está ganando el ámbito urbano durante casi todo el año, aunque los meses de primavera y verano siguen siendo la mejor época para disfrutar de paseos en bici en los entornos naturales. Para ello, se plantea a menudo la duda sobre cuál es el mejor portabicicletas para el coche.

La opción más segura quizás sea transportar la bici en el maletero, con las ruedas desmontadas. Pero, desde luego, no es el sistema más cómodo y no todos los coches disponen de un maletero suficientemente amplio. Por ello, y especialmente en el caso de un uso muy habitual o de tener que transportar varias bicicletas, suele recurrirse al uso de portabicicletas.

Tipos de portabicicletas para el coche

En el mercado existen tres tipos básicos de portabicicletas para el coche. Estas son las principales ventajas y desventajas de cada uno de ellos:

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• Portabicicletas de techo: son los más baratos y fáciles de montar, aunque el anclaje de las bicicletas no es cómodo, sobre todo en el caso de bicis pesadas. No dificultan la visibilidad del conductor, pero sí afectan a la aerodinámica.

• Portabicicletas de portón: no son fáciles de instalar, pero la carga y la descarga de las bicis son muy cómodas. Si el portabicicletas tapa los pilotos traseros o la matrícula, hay que adquirir un accesorio externo.

• Portabicicletas de remolque o bola: sería la solución más segura, y es fácil de utilizar e instalar. De todos modos, será necesario disponer de una bola de remolque. Es el modelo de precio más elevado, pero incorpora los pilotos y el espacio para la matrícula.

Es importante tener en cuenta que es obligatorio señalizar los portabicicletas de portón y de remolque con dos paneles V20 (franjas rojas y blancas). Deben ser colocados en cada lateral, con las franjas rojas que formen una “V” invertida.