La bicicleta: ¿eléctrica o solo a pedales?
Por: RACC Blog
La bicicleta está en uno de los mejores momentos de su historia. Se calcula que existen más de 1.000 millones en todo el mundo, de las que casi la mitad circulan en China, pero se observa un claro incremento en Occidente. El aumento constante de su uso y la multiplicación de carriles bici en las ciudades están ayudando a su consolidación.
Es un vehículo ecológico, que promociona el buen estado de forma de los usuarios y es una excelente alternativa a los que son contaminantes. Además, ocupa un espacio, tanto en la vía como en los lugares de aparcamiento, ínfimo respecto a un vehículo de cuatro ruedas.
Tipos de bicicleta hay muchísimos y los precios son muy variados. Hoy vamos a centrarnos en las que disponen de ayuda suplementaria y en las que funcionan simplemente con la fuerza humana. O, lo que es lo mismo, en las bicis exclusivamente a pedales y las que cuentan con el apoyo de un motor eléctrico.
¿Qué se considera una bicicleta eléctrica?
Como definición básica, una bicicleta eléctrica es la que incorpora una batería, un motor asociado que ayuda al usuario en la propulsión.
Si decides comprar una bicicleta con estas características, debes de estar atento, porque la frontera con el ciclomotor está muy cerca y si traspasas esa barrera te encontrarás con que conduces un vehículo a motor, al que se le aplica una legislación distinta.
Por ello, necesitas saber que:
- La bicicleta no puede funcionar solamente con el motor correspondiente; la potencia añadida acompaña el pedaleo continuado del usuario.
- No puede pesar más de 40 kilos.
- Al llegar a 25 km/h, el motor eléctrico se desconecta automáticamente; en caso contrario, también se puede considerar como un vehículo a motor.
- La potencia del motor no puede superar los 250W.
¿Tiene ventajas la bicicleta eléctrica sobre la tradicional?
La bicicleta normal, la de tracción únicamente humana, es una buena solución para:
- Los que están en buen estado de forma.
- Los itinerarios cortos, en general.
- Los recorridos por zonas planas.
Por su parte, la bici eléctrica está pensada para un abanico más amplio de usos:
- Recorridos largos.
- Zonas con pendientes más o menos pronunciadas.
- Para los que están “menos fuertes”.
- Para personas mayores.
- Para recorridos de trabajo (sobre todo en verano)
- Para algunos casos de personas con movilidad reducida.
La bicicleta eléctrica te permite elegir si únicamente vas pedaleando o te ayudas del pequeño motor eléctrico; pero ten en cuenta que su peso es superior y, por lo tanto, cuesta más moverla.
Pero la bici eléctrica tiene gastos y sale más cara…
Sí, no cabe duda de que tiene un precio de compra superior y el gasto de mantenimiento es mayor. También debes contar con el gasto de recarga, aunque es muy bajo; tanto como 1,70 euros cada 1.000 kilómetros de recarga, en función de la capacidad de la batería y del precio de la electricidad.
La recarga es muy sencilla, porque la puedes hacer en un enchufe de casa y solo necesitas llevarte la batería, no la bici entera.
Te puedes encontrar algunas veces con reparaciones, pero son motores y baterías en general muy sencillos y, por lo tanto, no te causarán problemas serios.
Y un dato más. Si circulas en bici eléctrica, en un año puedes ahorrar más de 1.100 euros (siempre de media) respecto a un automóvil con motor de combustión. Por lo tanto, si dejas el coche aparcado, la puedes amortizar muy pronto.
La autonomía de la bici eléctrica
Depende, como en todos los vehículos, de distintos factores:
- Del tipo de baterías y del motor.
- Del peso global de la bicicleta.
- De cuántos kilos pesa el/la ciclista (en un vehículo de este tipo es importante).
- Del tipo de recorrido.
- De las paradas que realizamos (semáforos, stop…) para recuperar la marcha hasta alcanzar los 25 km/h.
Por ello, no se puede dar una única cifra de autonomía media en kilómetros. Para tener una orientación, puede ir de los 35 a los 100 km. También puedes encontrar bicis eléctricas con carga en modo de freno regenerativo, que te permitirán aumentar esa autonomía.
¿Puedes convertir una bici tradicional en eléctrica?
Sí. De hecho, puede ser una buena solución para que no tengas que comprar una eléctrica nueva.
Se trata de adquirir los denominados ‘kits de conversión’, que incorporan una rueda especial de sustitución, con motor incorporado o para instalarlo a parte, y todos los elementos necesarios, como el display de información. Si no eres un especialista o un aficionado avanzado, mejor que pidas ayuda a un mecánico de bicicletas.
Estos kits pueden costar unos 500 euros, aproximadamente (siempre encontrarás más baratos). Aunque dependerá mucho del tipo de bici que tengas, casi es mejor comprarse una nueva.
Ambas son una buena alternativa de movilidad
Sea como fuere, la bicicleta, en general, independientemente de sus características y de si es eléctrica o no, ayuda a descongestionar las ciudades.
Para los desplazamientos más largos, los que viven fuera de la ciudad y tienen que ir a trabajar al centro urbano, la combinación entre bici y transporte público puede ser la opción más inteligente y ecológica. Con la gran oferta de bicis plegables (también eléctricas) que existe hoy en día, todo resulta mucho más fácil.
Por cierto, la velocidad media de un coche por ciudad se calcula en aproximadamente 20 km/h, pero en una bici es muy probable que te desplaces más rápido en muchos trayectos urbanos, sobre todo con las eléctricas.