La Comisión Europea apuesta por la bicicleta
Desde hace años, uno de los principales focos de atención de la Unión Europea es apostar por la ecología y ser más sostenibles. Por ello, se están tomando medidas para proteger y conservar el capital natural, como reducir las emisiones de CO2 y emprender acciones para disminuir los riesgos medioambientales que influyen en la salud de los ciudadanos. En este sentido, cabe destacar que uno de los objetivos de la Unión Europea para 2030 es reducir en un 55% los gases de efecto invernadero, en comparación con los datos de 1990.
Siguiendo con esta idea, la Comisión Europea ha dado un paso al frente al firmar la Declaración Europea de la Bicicleta. Este acuerdo, rubricado por la comisaria de transportes, Adina Vălean; la presidenta de la Comisión de Transportes del Parlamento Europeo, Karima Delli, y el viceprimer ministro de Bélgica, Georges Gilkinet, recoge que la bicicleta contribuye a conseguir los objetivos europeos medioambientales, ya que es un medio de transporte sostenible, asequible y que favorece el bienestar físico y mental de quienes lo usan.
Vălean: “la bicicleta reduce la contaminación, alivia la congestión urbana y promueve estilos de vida más saludables”.
En palabras de la propia Vălean, la bicicleta tiene innumerables beneficios: “reduce la contaminación, alivia la congestión urbana y promueve estilos de vida más saludables”. Por su parte, Delli ha señalado que es un momento histórico para el futuro del ciclismo en Europa.
Pilares sobre los que se fundamenta el acuerdo
La declaración persigue varios objetivos, entre ellos el compromiso de tener redes más seguras, invertir en infraestructuras, ser un medio inclusivo y favorecer la economía europea.
- Mejorar en seguridad: es uno de los requisitos principales. Está enfocado en la seguridad personal, pero también busca tener estacionamientos más seguros, mejorar las infraestructuras y fortalecer la formación y el cumplimiento de las normas de seguridad vial. Con una red ciclable más segura, se considera que los indecisos a dejar el coche tendrían el empuje necesario para dar el salto a una movilidad sostenible.
- Invertir en infraestructuras y ser inclusivos: en la declaración se recoge que es “esencial” tener más y mejores infraestructuras para atraer a más gente. Por un lado, se podría favorecer el turismo europeo sostenible y, por el otro, con la infraestructura necesaria las personas con movilidad reducida podrían realizar sus desplazamientos en bicicleta. Además, con una red amplia en las ciudades, la intermodalidad sería más fácil de llevar a cabo. De ahí que se comprometan a aumentar la inversión.
- Favorecer la economía: la Comisión ha acordado potenciar la producción europea hasta convertirla en un punto de interés que permita transacciones con otras industrias. Por ello, la comisaria de transportes apuntaba, durante la firma del acuerdo, que la adopción de la bicicleta se alinea con la estrategia industrial de la Unión Europea y sus objetivos.