Coches con reconocimiento facial, ¿qué aportan al conductor y a la seguridad?
Por: RACC Blog
El reconocimiento facial está presente hace tiempo en el cine y se utiliza para acceder a lugares ultrasecretos. Pero últimamente también lo hemos visto en sitios más ‘normales’. Trabajadores entrando en sus oficinas o, no hace mucho, identificándose en el acceso del Mobile World Congress. Incluso algunos smartphones ya tienen identificación facial.
Pero ¿qué sabemos del reconocimiento facial en el coche?
Mientras conducimos movemos la cabeza, las facciones, los ojos… La tecnología ha evolucionado mucho y los resultados en el campo del reconocimiento facial empiezan a ser muy interesantes.
Por ejemplo, el sistema RSS Kinect se basa en tres antenas de radio separadas por un metro de distancia unas de otras. Aunque tengan por medio una pared, pueden interpretar las señales del rostro.
Otro sistema, el OMRON, funciona mediante infrarrojos y monitoriza cualquier movimiento del conductor (incluidos los ojos). Si detecta alguno que no sea habitual según los patrones de comportamiento, alerta con un sonido.
Seguridad en la conducción
Uno de los resultados de la aplicación de esta tecnología es una mayor seguridad vial, gracias a un control constante de las reacciones del conductor. Puede saber si está cansado o si se ha distraído. En definitiva, si actúa de forma distinta a la que tiene memorizada. Monitoriza en todo momento el rostro del conductor y alerta si se da una situación extraña.
Los fabricantes de automóviles, trabajando junto a empresas especializadas, van presentando sus propuestas. Alguna, como la del Grupo PSA, emplea una cámara de vídeo con un software de reconocimiento facial que capta diferentes expresiones, el parpadeo y los movimientos musculares. También Volvo utiliza cámaras de vídeo para el reconocimiento facial que detectan si, por ejemplo, el conductor cierra los ojos y le avisa al instante.
Por su parte, BMW ha elegido el camino de la “pupilometría”, que analiza cualquier movimiento de los ojos y sabe reconocer si el conductor sigue concentrado. Así le avisa y actúa con los sistemas de seguridad, si es necesario.
El reconocimiento facial como asistente
La seguridad es, evidentemente, la mayor aportación del reconocimiento facial. Puede evitar accidentes, pero, además, proporciona comodidad.
Por ejemplo, Ford está desarrollando un sistema que permitirá con un control por gestos del conductor responder a llamadas telefónicas, ajustar el volumen o configurar la navegación solo con mirar el mapa. Y no solo eso, sino que incluso reconocerá nuestro estado de ánimo al ponernos al volante.
Pero hablando de cosas más prácticas, otro importante fabricante como Toyota ha desarrollado el Smart INSECT, gracias al cual el coche nos identificará (incluso nos saludará cual robot obediente) cuando nos acerquemos y sabrá si estamos o no “registrados”. Es decir, si somos el verdadero propietario o el conductor habitual. El sistema se complementa con un reconocimiento por voz muy avanzado.
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¿Ciencia ficción?
Todo esto parece ciencia ficción. Pero en los congresos mundiales sobre tecnología vemos que vamos a una velocidad que supera incluso las expectativas. Esperemos que esta tecnología se dirija a nuestra seguridad, a nuestra comodidad, pero no tanto a un control sobre nuestra vida.