¿Cómo desinfectar un vehículo?
Por: RACC Blog
Durante la crisis del coronavirus la limpieza y desinfección de nuestro vehículo se ha vuelto una cuestión fundamental para evitar una posible fuente de contagio, sobretodo en el caso de haber transportado a una persona infectada o la sospecha de haberlo hecho.
En el caso de que el vehículo sea conducido por diversas personas, con el consiguiente peligro de transmisión de la bacteria, es indispensable una limpieza completa para evitar una fuente de posible contagio.
¿Cuánto tiempo puede durar el coronavirus en el coche?
Según diferentes estudios publicados hasta la fecha, el coronavirus puede llegar a resistir hasta dos o tres días en las diferentes piezas metálicas: desde las ocho horas que resiste en el aluminio, hasta los tres días en piezas de acero. 24 horas sobrevive en los elementos de cobre, donde se pueden incluir las monedas. Para los plásticos, como los usados para el salpicadero, puertas o elementos de control, la resistencia es de hasta cinco días, mientras que en los elementos de tela o cuero, pese a no disponer de una cifra concreta, su resistencia es inferior a los elementos de mayor rigidez.
En los cristales puede ser de hasta cuatro días, mientras que en el papel puede estar hasta un total de cinco. Especial atención a guantes, donde puede sobrevivir hasta ocho horas, o cuatro días en la madera, que aunque no sea un material habitual, podemos llevar algún elemento que lo contenga. En el aire la resistencia es de hasta tres horas.
Habiendo conocido la resistencia en los materiales, estos son algunos consejos para la limpieza segura:
Productos de limpieza y materiales de protección
Antes de nada, es aconsejable protegerse de manera segura, con mascarilla y guantes de látex para evitar el contacto con cualquier superficie que pueda estar infectada.
El uso de toallitas húmedas específicas es muy recomendable para la desinfección, aunque en caso de no disponer de ellas, las de bebé pueden ser útiles. Algún producto de limpieza específico que contenga alcohol también es recomendable, teniendo en cuenta que para la limpieza interior se deben usar productos con una concentración de alcohol mínima de entre el 60 o el 70%, evitando productos con lejía o agua oxigenada y amoníaco en la limpieza de pantallas, para evitar su deterioro. No nos pueden faltar agua y jabón, así como una gamuza o un paño de microfibras.
En el caso del circuito de aire acondicionado, es recomendable el uso de un producto desinfectante específico y la sustitución del filtro del polen del habitáculo.
Zonas de especial atención
La primera recomendación es la de vaciar por completo el vehículo de elementos externos y proceder a su desinfección por separado, como pueden ser papeles, monedas, mantas u otros; ya que estos pueden ser una fuente de contagio evidente. En estos momentos, el orden en el interior del habitáculo es primordial y desechar o desinfectar a conciencia el máximo número de elementos posibles puede ayudarnos a evitar un contagio indeseado.
Para el lavado exterior, la limpieza habitual con agua y jabón es la recomendable, poniendo especial énfasis en elementos de máximo contacto como pueden ser manetas de puertas y maletero, marcos de puerta, sin dejarnos los cristales en su parte exterior y, sobretodo, interior. En este caso, la limpieza automática en túneles de lavado es la más recomendable, evitando así un posible contacto directo con el virus, pese a que el lavado a presión también es efectivo.
En el interior hay que tener especial atención en las piezas de mayor contacto como volante, cambio de marchas, freno de mano, mandos (del volante, ventanillas, reposabrazos, retrovisores, etc.), radio o pantalla táctil. No se deben descuidar elementos poco habituales en la limpieza como los cinturones, mandos de reposicionamiento de asientos y la llave.
Dichos elementos habrá que limpiarlos con los productos específicos anteriormente descritos, así como agua y jabón, evitando el uso de productos que puedan ser corrosivos para el material plástico y evitar así su degradación. Un mojado excesivo con productos con alcohol puede dañar algunas partes, por lo que es recomendable la aplicación con un paño o gamuza. El amoníaco, la lejía o el agua oxigenada dañaran algunas de las superficies interiores, por lo que desaconsejamos su uso.
Para las tapicerías de tela, las espumas especiales y el detergente en polvo son la mejor opción, aunque en estas también podremos usar el alcohol con mesura, pudiéndolo diluir en agua. En pieles o cueros sintéticos, el uso de alcohol puede decolorar con un frotado intenso, por lo que su aplicación debe ser suave. El uso de ceras y productos hidratantes es muy recomendable después de la limpieza.
Sistema de aire acondicionado
Este aspecto de la limpieza puede ser uno de los más complejos para el usuario, ya que el montaje y desmontaje de algunos elementos puede ser complicado en algunos modelos de coche. En caso de desconocimiento, para ello deberemos acudir a un especialista.
Después de la limpieza de todos los elementos del vehículo, para la desinfección del aire acondicionado, debemos comprar un desinfectante específico, procediendo a retirar el filtro del polen del habitáculo para su posterior reemplazo.
Una vez retirado, se cierra su ubicación dejándola vacía, conectando la recirculación del aire y cerrando previamente de manera manual las salidas de aire de salpicadero. Apagamos el sistema y abriremos las rejillas del salpicadero para aplicar la totalidad del producto con las puertas cerradas, esperando 10 minutos para que actúe. Normalmente, los aerosoles disponen de un bloqueo para esta aplicación, por lo que en este caso podremos abandonar el coche durante el proceso.
Posteriormente, encenderemos el aire a la máxima potencia y temperatura, para esperar cinco minutos, cuando volveremos a montar el filtro del polen (si es posible sustituyéndolo). El último paso es ventilar el coche con las puertas abiertas.
Limpieza con ozono
Este es un tipo de limpieza profesional, para la cual se requiere de una maquina específica, por lo que se habrá de acudir a un profesional. El ozono es una forma de limpieza y desinfección rápida con un gas oxidante libre de residuos que actúa como microbicida, viricida, bactericida y desodorizante. Con este tipo de limpieza evitaremos la proliferación de posibles cepas de virus, hongos y bacterias en el interior, además de la neutralización de olores molestos.