El #50RallyRACC crea un emotivo encuentro humano y tecnológico
Por: RACC Blog
50 años los separan y también los reúne. Emotivo encuentro humano y tecnológico: en 1957 Sebastià Salvadó y Guillem Bas participaron y ganaron el primer Rally Catalunya. Lo hicieron con un Alfa Romeo 1900 S matrícula de Barcelona B-7874.
Ayer, Sébastien Ogier y Julien Ingrassia ganaron la edición número 50 con un Volkswagen Polo matrícula WOB W520.
Las diferencias entre estos campeones y la forma de competir son muchas y varias: Salvadó y Bas compitieron con traje de calle, mientras que Ogier e Ingrassia con monos ignífugos, cascos con micrófonos, etc. Entre los dos coches el cambio es evidente en la estética y en la tecnología.
Diferencias entre el Alfa Romeo ganador hace 50 años y el Volkswagen Polo ganador en esta edición
El Alfa Romeo era privado, comprado a un representante de la marca. El otro, oficial: el Polo, con toda una fábrica detrás. Ambos automóviles, con toda la diferencia de años, con algo en común: ambos responden a la lógica de encontrar un coche ideal para la competición, para su época, con un vehículo con el equilibrio en todos sus puntos: ligero, estable, potente, fiable. El eslogan de Alfa por aquellos años era “El coche familiar que gana carreras”. Volkswagen habla de “compartir la excitación” por los rallyes.
Características de ambos coches
Alfa Romeo
- Cilindrada: 1.884cc
- Motor de 4 cilindros. Doble árbol de levas.
- Potencia: 90cv
- Cambio de 4 marchas en la barra del volante. Manual.
- Trasmisión: Propulsión (ruedas traseras).
- Carburante: Gasolina.
- Peso: 1.100 kg.
- Velocidad máxima 170 km/h
Volkswagen Polo
- Cilindrada: 1.600 cc
- Motor de 4 cilindros en línea, con turbo.
- Potencia: 315cv
- Cambio secuencial de seis marchas.
- Tracción a las cuatro ruedas.
- Carburante: Gasolina.
- Chasis de acero reforzado según especificaciones FIA.
- Peso 1.200 kg.
- Velocidad máxima 200 km/h
El tiempo es oro: la tecnología en el RallyRACC también ha cambiado mucho
La exposición de los 50 años del RallyRACC nos ha traído también la posibilidad de ver un cronómetro Longines como los que se utilizaban en los primeros rallyes de postguerra, un reloj de dos agujas. La gran novedad era la llamada aguja “rattrapante”. Simplificando mucho, este tipo de cronómetro permitía detener manualmente la primera aguja en el tiempo conseguido (los segundos) por el participante. Posteriormente, la segunda aguja seguía por un segundo clic hasta que se marcara el siguiente tiempo.
No quedaba en memoria, se tenía que apuntar todo y además, al no ser exactos, antes de cada rally se cogía el que iba mejor (era el cronómetro base) y sobre este se ponían en hora el resto. Una vez acabada la carrera se comprobaba el desajuste entre todos los cronómetros y el base, y se corregía la desviación respecto del tiempo anotado de cada participante. Todo era a base de cálculo manual.
Llegaron luego los digitales, las calculadoras Casio CP10 que permitían imprimir, los de memoria hasta 30 tiempos…. En el primer RallyRacc del Mundial en 1991 todavía se hizo un duplicado manual de los datos, luego en Excel… Ahora ya no hay intervención manual, los datos se registran y trasmiten de forma automática, sin papeles. Se gestionan muchos datos, entre ellos el cronometraje, los tiempos. Y otro día ya hablaremos de internet…
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Fotos del post: Jordi Mateu, Miquel Rovira, A.Lavadinho.