¿Son fiables las gasolineras ‘low cost’?
Por: RACC Blog
Cuando estamos conduciendo y necesitamos repostar combustible, resulta cada vez más frecuente encontrarse con lo que popularmente se denomina una gasolinera low cost. Se trata, en su mayoría, de estaciones de servicio desatendidas en las que el usuario se sirve a sí mismo. Las encontramos sobre todo en zonas industriales o lugares más o menos apartados del núcleo urbano y en centros comerciales. Como su nombre indica, el precio de dichas gasolineras es sustancialmente más barato, lo que lleva a muchos usuarios a hacerse algunas preguntas sobre si son o no tan seguras y fiables como las gasolineras de toda la vida.
Aunque la legislación ha ido recogiendo variaciones encaminadas a la protección del usuario, el cambio llegó en 2013 con la nueva Ley de Hidrocarburos, que promocionaba la competencia, y se remachó con la liberalización del suelo destinado a estaciones de servicio de combustible. Ahora ya forman parte del paisaje, pero algunos consumidores siguen sin tener claro si acudir o no a estos puntos de atención. En este artículo nos disponemos a levantar cualquier duda sobre la calidad y la seguridad que podemos esperar de una gasolinera low cost.
Calidad y cantidad de combustible en una gasolinera low cost
Para garantizar la calidad de los surtidores de las gasolineras, incluidas las gasolineras low cost, la empresa Entidad Nacional de Acreditación realiza controles periódicos que son de obligado cumplimiento, prácticamente como si fueran de la ITV de los coches. Esta empresa independiente inspecciona y certifica que se sirvan los litros por los que se pagan, que se sigan las normas de seguridad establecidas… De hecho, todos los surtidores deben mostrar la etiqueta con la fecha en la que se pasó positivamente la inspección, así como su fecha de caducidad.
Si dudamos de que la cantidad de combustible que se nos está sirviendo sea la que realmente pertoca, es importante saber que incluso una gasolinera low cost debe cumplir con la obligación de tener un matraz aforado de 10 litros a disposición de los clientes. Básicamente, se trata de un recipiente con el que se puede medir con exactitud un líquido. Cualquier error de medición superior al 0,5% que detectemos supondría un delito por parte de la gasolinera, así que difícilmente nos encontraremos en una situación en la que se nos esté intentando engañar con las cantidades.
Sin tener en cuenta el servicio y siguiendo centrados exclusivamente en el combustible por el que pagamos, nos puede asaltar la duda racional de si en una gasolinera low cost se nos abastecerá con un combustible de igual calidad que en una estación de una gran marca petrolera. La idea extendida de que para reducir el precio en estas gasolineras se añaden otros líquidos no es cierta. Solo una empresa, CLH (Compañía Logística de Hidrocarburos), puede suministrar combustible a una estación de servicio.
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La práctica totalidad del combustible que se comercializa en nuestro país es producido en ocho refinerías que tratan de forma idéntica el petróleo importado. Tras este tratamiento, se distribuyen a los centros logísticos de almacenamiento que acabamos de mencionar. Al final no dejamos de estar delante de unos almacenes, y de ahí se abastecen tanto las grandes compañías como las gasolineras low cost. Por lo tanto, podemos concluir que la calidad del material de base es la misma para todos, y como los estándares mínimos de calidad exigidos por ley son bastante elevados, no debería preocuparnos en demasía.
Donde se diferencian los combustibles es en los añadidos. Las grandes marcas cargan el combustible en camiones cisterna y añaden elementos a su producto con la finalidad de potenciar las características de su combustible. Con esta acción, muchas marcas logran aumentar el rendimiento de sus gasolinas y diésel, facilitar su inyección y efecto anticorrosión o incluso disminuir el olor del diésel puro.
Por supuesto, si repostamos en las grandes compañías que apuestan por esta política deberemos pagar por este extra.
¿Cómo pueden vender el combustible más barato?
Hay distintos motivos por los que una gasolinera puede vender el combustible más barato.
- Primero, que al no tener personal para repostar se abaratan los costes y permite a la empresa reducir el precio por litro. En este sentido, la mayor parte de gasolineras low cost tienen por lo menos una persona para cobrar, pero en algunos casos ni siquiera eso, porque el usuario debe de pagar a una máquina. En algunas CCAA existe legislación al respecto que obliga a tener como mínimo un empleado para cobrar. Evidentemente, aunque sea legal, si vas con prisa y surge algún problema, tendrás que esperar a que llegue un empleado.
- El segundo que, como hemos dicho, se sitúan en zonas alejadas más o menos de los centros urbanos o en zonas industriales, por lo que el terreno es más barato.
- Tercero, que algunas de estas gasolineras se encuentran dentro de recintos comerciales propiedad de esa empresa, lo que, a pesar de tener un margen de beneficios muy bajo o prácticamente nulo, incentiva la visita de compradores al centro comercial. Eso ha pasado desde hace años, por ejemplo, en Francia y ahora lo vemos aquí en muchas zonas comerciales. De todas formas, incluso dentro de una misma cadena, de un lugar a otro podemos encontrar diferencias de precio y la exigencia o no de consumir en el hipermercado.
- Otro caso diferente son los puntos de atención de cooperativas, por ejemplo agrícolas, que compran al por mayor y consiguen ventajas para los miembros de esa cooperativa.
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¿Y las grandes distribuidoras?
Estas empresas han visto reducida su cuota de mercado en determinadas áreas (en general, en las zonas más pobladas), por lo que, como es lógico, se han visto obligadas a ‘buscarse la vida’. Primero, manteniendo un nivel de servicio directo de atención respecto a las low cost, y también con programas de fidelización que mantengan a los clientes habituales y atraigan a los nuevos, aunque las low cost también pueden ofrecer de una u otra manera ese tipo de programas.
También apuestan por limpiezas periódicas cada cinco años de los tanques de servicio, lo que reduce la posibilidad de que aparezcan sedimentos. Dicho esto, muchas de las gasolineras low cost modernas también serían merecedoras de confianza en este sentido, siendo algunas gasolineras antiguas recicladas a low cost las que, por temas de presupuesto, tienen más difícil alcanzar estos niveles de mantenimiento.
En cuanto a la seguridad, todas las gasolineras deben cumplir forzosamente unos protocolos de seguridad muy estrictos y poco laxos, algo lógico por otra parte. Esto incluye extintores, cámaras de seguridad y los ya mencionados sellos de seguridad.
Obligaciones
Los consumidores debemos tener en cuenta cuando vamos a cualquier estación de servicio, sea del tipo que sea, que hay medidas de seguridad obligatorias (muy importantes), podemos solicitar medidores de cantidad de litros si tenemos alguna duda, hojas de reclamación, atención por parte de algún empleado en caso de necesidad, que el precio anunciado sea el que se refleja en el surtidor, y, aunque sea de menor importancia, guantes y papel de un solo uso si nos toca repostar a nosotros.