El reto que los ingenieros de Volkswagen tienen con el mítico Golf GTI es enorme, porque mejorar una generación tras otra a la anterior resulta muy complicado. En el caso de esta séptima, mejora sus prestaciones deportivas respecto al anterior, pero en cambio reduce el consumo hasta en un 18%.

Con 220 CV, supera en 10 CV al Golf 6, y en el caso de la versión Perfomance llega hasta los 230.Con semejante potencia, alcanza de 0 a 100 km/h en 6,4 segundos, una cifra muy respetable para un vehículo de serie, que le permite prestaciones deportivas de primer nivel, pero que imprime una gran seguridad si las circunstancias lo requieren.

Otra de las diferencias de la versión Perfomance es que cuenta con un diferencial de deslizamiento limitado regulado electrónicamente. Es el único que utiliza esta tecnología en un vehículo de serie de tracción delantera.

La dirección directa activa, que sólo necesita 2,1 giros de volante para el giro completo de las ruedas, es muy precisa en todos los terrenos y supera a muchos deportivos.

El diseño exterior a simple vista no difiere demasiado del resto de la gama, pero si observamos más a fondo podemos ver las pinzas de freno de color rojo, los faros traseros LED oscurecidos y los dos tubos de escape cromados a ambos lados. En el interior mantiene la típica tela a cuadros, ahora con posibilidad de incluir alcántara en los costados, y para el cambio manual regresa la pelota de golf.

Los consumos para un vehículo de estas características son muy buenos, porque según los datos oficiales parte de 6 l/100 km, aunque dependerá notablemente del estilo de conducción elegido (confort, normal o sport). Las emisiones de CO2 son de 139 g/km.

A pesar de las mejoras, VW decidió poner a la venta el Golf GTI 7 a partir de 31.000 €, 1.000 menos que el anterior. El Perfomance, del que se presumian la mitad de las ventas, salió por 1.700 € más que el básico.