El impuesto de CO2: 5 razones por las que no es justo
Por: RACC Blog
Muchos conductores optan diariamente por el coche como vehículo de transporte para ir al trabajo, a estudiar, etc; y como primera opción ante la poca eficacia del transporte público. La movilidad es un derecho fundamental de las personas: debe ser asequible, debe tener menos costes para los usuarios y no tiene que penalizar arbitrariamente al coche.
El nuevo impuesto sobre las emisiones de CO2 para algunos vehículos a motor – y que se encuentra en fase de trámite parlamentario – no servirá para lograr el objetivo que persigue, que es la reducción de las emisiones de dióxido de carbono.
¿Por qué no es justo?
1. No incidirá sobre las emisiones efectivas de CO2
La tasa impositiva grava a todos los vehículos, especialmente a los más antiguos, pero quedan excentos los vehículos pesados, que son los que generan más CO2. Así mientras un turismo de alta gama, que genera alrededor de 150gr de CO2 por km, puede pagar más de 80€ anuales, un camión que desprende 4 veces mñas de CO2, está liberado de pagar esta tasa. No responde, por tanto, al principio de quien contamina, paga.
Además, el impuesto no depende de los km recorridos: el hecho de gravar la propiedad del vehículo puede comportar que una persona que circula de forma habitual pague la misma cantidad que otra persona que utiliza el vehículo ocasionalmente. No depender de los km recorridos también hace que el gran volumen de los vehículos que están de paso por nuestro territorio también queden excentos.
2. Ya hay otros impuestos que gravan las emisiones de CO2
El impuesto de matriculación: grava el mismo hecho impositivo en la compra del vehículo. El impuesto de hidrocarburos: la Generalitat ha optado por poner un suplementos de 4,8 céntimos por litro de carburante comprado en Cataluña. Así supone una recaudación adicional de unos 215 millones de euros/año. Este suplemento es adicional a los aproximadamente 40 céntimos por litro de carburante que pagamos todos los conductores españoles por normativa estatal. Por este concepto los catalanes pagamos 1.950 millones de euros/año.
3. El impuesto llegará tarde ya que la normativa europea ya prevé que al 2020
Las emisiones medias de los vehículos siguen de 95g CO2/km La UE obliga a los fabricantes automobilísticos a reducir las emisiones medias de los vehículos nuevos que ponen a la venta. En 2020, el umbral estará en 95g CO2/km, y en 2025 se estima que baje hasta los 75g.
4. La gente está comprando coches de menores emisiones de CO2
El año 2015, 2/3 partes de los coches vendidos en Cataluña emitían por debajo de los 120g CO2/km.
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5. Hay que tener en cuenta los costes de gestión del impuesto
Según datos de la propia Generalitat, el importe medio del nuevo impuesto será de entre 15 y 20€ por propietario de vehículo (75M€ de recaudación sobre un total de 3,7 millones de vehículos en Cataluña). Hay que tener en cuenta que todo el impuesto supone unos costes de gestión, tanto para la administración como para los ciudadanos que harán que el importe neto del nuevo impuesto sea muy reducido.