Jorge Lorenzo: el adiós del pentacampeón
Por: RACC Blog
El piloto RACC anuncia la retirada de la competición, dejando un legado motociclista difícil de igualar.
‘Giorgio’, como se le conocía durante sus primeros años de carrera, ha anunciado su retirada. Una noticia que ha pillado por sorpresa al paddock del ‘Continental Circus’ y con la que deja una de las mayores huellas en el motociclismo mundial con cinco campeonatos del mundo en su haber. Jorge Lorenzo, ‘Giorgio’, un piloto RACC para la eternidad.
Una nota de prensa desataba los rumores en la sala de prensa del circuito Ricardo Tormo de Cheste, última cita puntuable del Mundial 2019. Anunciar una rueda de prensa junto a Carmelo Ezpeleta, CEO de Dorna, siempre da para especular, lo que posteriormente se confirmó: la retirada de Lorenzo de la competición.
Periodistas, pilotos, técnicos y jefes de equipo arroparon al piloto RACC en una rueda de prensa que era el momento más duro de los 18 años de carrera mundialista del piloto balear, ganador de cinco mundiales: 2006 y 2007 con Aprilia en 250 cc; 2010, 2012 y 2015 con Yamaha en MotoGP. Además, el pentacampeón, único piloto hasta la fecha capaz de ganarle un mundial a Marc Márquez en la categoría reina, se va con un total de 68 victorias en Grandes Premios (47 en MotoGP, 17 en 250 cc y 4 en 125 cc), 69 poles y 37 vueltas rápidas, además de tres subcampeonatos en la categoría reina. Unos números de leyenda.
Los inicios
Lorenzo creció en el seno de una familia amante del motor, en la que su padre ‘Chicho’ le fabricó su primera moto con tres años. Criado en el barrio de Son Fortesa de Palma de Mallorca, pronto destacó por su gran técnica de conducción, entrenando sin tregua para perfeccionar su pilotaje.
Con seis años y estrenándose en competición, se proclamaba campeón de Baleares. Por aquel entonces compaginaba diferentes disciplinas como la velocidad, el minicross y el trial, llegando a ganar ocho campeonatos autonómicos antes de dar el salto a la Copa Aprilia en la categoría de 50 cc en 1997. Un vídeo de sus entrenamientos visto por el expiloto Dani Amatriain, por aquel entonces responsable de la escuela técnica Monlau, fue suficiente para que se convirtiera en piloto y protegido del campeón de España de superbike en 1990.
Tras su paso por las categorías de 50 y 125, y ya como piloto RACC, Lorenzo da el salto a la categoría de 125 cc del Campeonato de España de Velocidad (CEV), teniendo que pedir un permiso especial por tener tan solo 13 años. Corría el año 2000 y Jorge coincidía con otros pilotos RACC como Joan Olivé –ganador del campeonato–, Raúl Jara o Toni Elías, además de hacerlo con el que sería su máximo rival años después, Dani Pedrosa. Esa temporada era decimoséptimo.
Con los colores del Monlau Competición, en 2001 se convirtió en asiduo a la zona de puntos, sumando una segunda posición en Albacete como mejor resultado, acabando cuarto tras Ángel Rodríguez, Casey Stoner y Héctor Faubel.
El Mundial
La buena temporada le sirvió para dar el salto al Mundial de la mano de Giampero Sacchi y Derbi, perdiéndose las dos primeras carreras de 2002 por no tener la edad mínima exigida por la FIM, por aquel entonces 16 años.
Tras acabar en 21ª posición con 21 puntos, Lorenzo conseguía su primera victoria la temporada siguiente en el Rio Grand Prix, por delante de las Aprilia de Stoner y Alex de Angelis. Dos citas después marcaba la primera de las 69 poles de su carrera, acabando tercero tras la Honda de Pedrosa y la KTM de Mika Kallio. En el campeonato era 12º con 79 puntos.
2004 era el año de consagración definitivo del piloto RACC, que con tres victorias (Assen, República Checa y Qatar) era cuarto (179 puntos) con la bala roja de Mollet, resultado que le servía para dar el salto al cuarto de litro en la siguiente temporada.
Su adaptación a la categoría intermedia fue total y en 2005 sumó seis podios, cuatro poles y acabó quinto (167 p.) en la general con la Honda RSW250 del equipo Fortuna Honda, dirigido por su mánager, Dani Amatriain. Esta temporada será recordada por sus intensos ‘piques’ con Pedrosa, bicampeón de la categoría tras haber ganado también el año anterior. Una intensa rivalidad que duraría hasta el año 2010 y que dejaría escenas como el apretón de manos en el podio de Jerez 2008, obligado por el rey Juan Carlos I en la entrega de trofeos.
El comienzo de la leyenda
Lorenzo confesó en la rueda de prensa de su adiós que existen “cuatro días por encima del resto que son importantes en la vida de un piloto: el debut en el Mundial, la primera victoria, el primer Mundial y la retirada”.
En 2006 vivió el segundo día de los que remarca, con la victoria absoluta en el cuarto de litro, superando en 17 puntos a Andrea Dovizioso. Ocho victorias, con un total de 11 podios y 10 poles, le dieron el primero de sus cinco campeonatos. La victoria en la primera cita en Jerez fue un preludio de lo que vendría después.
Repitió en 2007 con nueve victorias, 12 podios y 9 poles, calcando el podio final del campeonato con Dovi, segundo, y Alex de Angelis, tercero.
La categoría reina
Dos mundiales fueron una carta de presentación más que suficiente para ganarse un puesto en el equipo oficial Yamaha, como compañero del entonces siete veces campeón mundial Valentino Rossi, un aspecto que no amedrentó en absoluto al del RACC, que conseguía la pole en la carrera de debut y una segunda posición en el GP de Qatar. Aquel año acababa cuarto, tras sumar una victoria en Estoril, seis podios y cuatro poles. Su compañero sumó el octavo título a su palmarés.
Fue en 2009 cuando se convirtió en un auténtico dolor de muelas para Rossi, acabando segundo con cuatro victorias, 12 podios y cinco poles. El italiano conseguía su noveno y –por lo menos hasta el momento– último título mundial.
Rey del mundo
Lorenzo sumó un total de 9 victorias y 16 podios en 18 grandes premios en 2010, además de 7 poles, superando a Pedrosa y Rossi, en su mejor temporada en los 18 años en que ha pilotado en el Mundial.
El subcampeonato en 2012 (3 victorias, 10 podios, 2 poles), tras Casey Stoner, dio paso a un nuevo título en 2013 (6, 16, 7), pero la llegada en 2013 de Marc Márquez a MotoGP pilló desprevenida a toda la parrilla, siendo el campeonato un mano a mano entre los dos pilotos RACC y Pedrosa. Lorenzo (8, 14, 4) fue segundo, a solo cuatro puntos de su máximo rival.
La hegemonía del de Cervera impedía al mallorquín (2, 11, 1) volver a lo más alto del podio final en 2014, en que quedó tercero tras Márquez y Rossi.
Con sed de victoria, en 2015, Lorenzo (7, 12, 5) alzó la quinta corona en la última carrera de Valencia, imponiéndose a su compañero de equipo y superando a Márquez en su peor año en MotoGP. El quinto campeonato ya era suyo, igualando al alemán Anton Mang y a Mick Doohan en el palmarés histórico de mundiales, en el que está en la posición 13ª. Tras Ángel Nieto (12+1) y Márquez (8), es el piloto español con más campeonatos.
El principio del fin
En 2016 era cuarto (4, 10, 4), abandonando a final de temporada el equipo Yamaha para fichar por Ducati. Con los de Borgo Panigale estuvo dos temporadas, siendo séptimo en 2017 (0, 3, 0) con una moto ingobernable que supo domar en su segunda temporada (3, 4, 4) consiguiendo tres victorias para acabar noveno.
En 2019, sorprendió a todo el mundo anunciando su fichaje por HRC, formando pareja con Márquez en un ‘dream team’ soñado por cualquiera. 12 títulos mundiales entre los dos pilotos RACC hicieron que la afición soñara con un campeonato inolvidable.
Pero Lorenzo ha vivido su peor año desde su llegada en 2002. Tras un reguero de lesiones, iniciadas un año antes en Ducati, con la luxación de dos dedos en el pie en Motorland y la fractura del radio de la mano izquierda en Tailandia, el ‘99’ pasaba por el quirófano en diciembre por las secuelas de Aragón. En enero de 2019 se rompía el escafoides de la mano izquierda practicando ‘dirt track’ y en la carrera inaugural se fisuraba una costilla.
Por si no era suficiente, Jorge sufrió una terrible caída en la primera sesión de libres en Assen, fracturándose dos vértebras y perdiéndose un total de cuatro carreras.
Las lesiones y la falta de adaptación a la nueva moto minaron la moral del pentacampeón, tal y como explicó en la rueda de prensa de despedida: “cuando me levanté en la gravilla –de Assen–, pensé si merecía la pena seguir sufriendo, después de lo que he logrado. Volví a casa y reflexioné, pensando en que quería intentarlo otra vez, pero a partir de este momento se me hizo cuesta arriba”.
Unas crudas palabras que anunciaban el adiós de un mito del motociclismo.
Lorenzo es otro de los pilotos de la factoría RACC, que desde sus inicios formó parte del programa implementado por la sección deportiva del club. La formación de nuevos valores en competición es uno de los objetivos del RACC, que tras más de 100 años de organizar eventos deportivos, cuenta con más de 50 pilotos bajo su tutela, que dominan las diferentes categorías en las que participan.
Un mito que nos ha levantado 68 veces del asiento y que nos hizo felices cinco veces con sus celebraciones. Por todo ello, solo nos queda decir: ¡Gracias, Giorgio!