Las lesiones más frecuentes por no atar correctamente el niño a la sillita
Por: RACC Blog
Todos sabemos que llevar a los niños en el coche es una gran responsabilidad, aunque a veces las prisas juegan malas pasadas. Pero no hay excusas, la única forma de llevarlos seguros es utilizando los sistemas de retención infantil (SRI, más conocidos como sillitas) y cumpliendo estrictamente la normativa, que desgraciadamente es desconocida por buena parte de los conductores.
La correcta utilización de las sillitas reduce en un 90% la muerte de niños en accidente de coche, y las lesiones en un 90%. Estos datos son impresionantes y deben hacer reflexionar.
Características diferentes
La cabeza de un niño es más grande que la de un adulto. Eso, que en principio parece un dato sin importancia, es en realidad determinante, porque en caso de accidente las consecuencias para el niño son más graves, porque entre otras cosas, varía el centro de gravedad.
Lesiones por edades
Las franjas por edad determinan diferencias en las consecuencias de las lesiones por accidente.
Hasta los 2 años:
Los más pequeños tienen su punto más débil en el cuello; eso es porque la columna vertebral es todavía muy frágil y además la desproporción entre cabeza y cuerpo es mayor que en el resto. Por ello, debes tener en cuenta ese aspecto y preocuparte de que el SRI proteja especialmente esa parte.
De 2 a 4 años:
La cabeza es en esta franja de edad el punto débil del niño o niña. Las vértebras que sujetan la cabeza están aún tiernas y en caso de desaceleración brusca en una colisión frontal no soportan el impacto si no están sujetos convenientemente.
De 4 a 10 años:
En los niños y niñas de hasta los 10 años el mayor riesgo en caso de accidente es el de una hemorragia interna o una lesión abdominal. Sus órganos no están sujetos del todo a la estructura muscular, y en consecuencia un impacto puede afectar a uno o varios órganos.
Cuando vamos en coche, seguir los consejos de seguridad vial y cumplir las normas es obligatorio, pero tenemos que estar especialmente atentos en el caso de los críos, debido a la fragilidad de su cuerpo y a su indefensión.