Prolonga la vida de tu vehículo con cuatro consejos básicos
Por: RACC Blog
Filtros de aceite, presión de los neumáticos, escobillas del limpiaparabrisas… ¿Te suena? No hace falta ser un experto en mecánica para tener nuestro coche a punto. Existen unos puntos básicos de mantenimiento que te ayudarán a cuidar de tu vehículo, prolongar su vida útil y, lo más importante, aumentar tu seguridad. Te contamos cómo.
Neumáticos
Son un parte fundamental del automóvil y que más intervienen en la seguridad del vehículo. Nosotros mismos podemos medir la presión de nuestros neumáticos en la gasolinera más cercana. ¡Recuerda que para hacerlo éstos deben estar siempre fríos! Otro truco es comprobar la profundidad del dibujo: no debe ser inferior a 1,6 mm. Más consejos para evitar pinchazos aquí.
Nivel de aceite
Fíjate en el nivel de aceite a través de la varilla. ¿Está entre el nivel máximo y mínimo? Si no es así y estás bajo mínimos, apresúrate en cambiarlo. El aceite es el responsable de mantener lubricado todo el entramado mecánico del automóvil y las piezas pueden sufrir un serio desgaste si no lo repones con urgencia.
Limpiaparabrisas
Los limpiaparabrisas contienen escobillas que acumulan polvo y pequeñas piedras, que pueden rayar la superficie del cristal y dificultar la visibilidad en la conducción, especialmente de noche, ya que la luz se expandirá por las rayas provocadas por las impurezas, provocando deslumbramientos. Es importante revisar las escobillas y mantenerlas limpias y libres de residuos.
Pedal de freno
Y por último, y no por ello menos importante, un pedal de freno que ofrezca resistencia o que se hunda demasiado al ser accionado es sinónimo de que algo no funciona correctamente. Es labor nuestra darnos cuenta de ello y acudir al taller a que revisen las pastillas y los discos. Una detección del problema a tiempo no sólo supondrá un ahorro económico, sino que seguramente nos evitará preocupaciones mayores.
Si además eres socio del RACC, ya sabes que dispones gratis de una revisión anual de tu vehículo. ¡Aprovéchala!
Por Victoria Sánchez