¿Qué coche compro a mi hijo?
Por: RACC Blog
Elegir el primer coche de un joven, y por tanto el inicio de la conducción, es una gran responsabilidad. Si esta responsabilidad recae, como es habitual sobre los padres, es importante tener en cuenta varios factores.
Los compradores de coches pueden dividirse a grandes trazos entre pasionales y prácticos; los jóvenes suelen ser más bien pasionales, por lo que se alinean con la conducción deportiva y la velocidad, pero eso puede formar un cóctel peligroso y hay que andar con sumo cuidado. Por lo que se refiere al presupuesto, hay que fijar un máximo y a partir de aquí tomar la decisión.
La seguridad, por encima de todo
En el catálogo de prioridades, en lo más alto se encuentra la seguridad. En los vehículos nuevos, la mayor parte incorporan muchos elementos de seguridad activa y pasiva; a ello ayuda que las normativas de la UE son cada día más exigentes. Por ejemplo, a partir de noviembre será obligatorio el ESP, que controla electrónicamente la estabilidad del vehículo; muchos coches ya salen ahora al mercado con este elemento, y tiene que ser un mínimo exigible.
Además del número de airbags (cuantos más mejor), también es muy importante que los reposacabezas ofrezcan garantías, porque pueden evitar lesiones medulares en caso de impacto, sobre todo trasero.
Y como los conductores jóvenes en su mayoría no caerán en la importancia de llevar la presión correcta de los neumáticos, es una buena idea que disponga del sensor que avisa cuando hay variaciones, porque no llevar las ruedas a la presión que toca puede provocar un accidente o una mala reacción del vehículo frente a una urgencia.
¿Nuevo o de segunda mano?
Los coches “kilómetro 0”, “seminuevos” o de “gerencia”, han ido al alza, y en general, debido a la crisis, los coches de segunda mano han superado en ventas últimamente a la de los vehículos nuevos.
No pasa nada por comprar un coche ya utilizado si se encuentra en buenas condiciones, aunque obviamente, cuanto menos uso haya tenido, mejor. El vendedor nos tiene que ofrecer información real del estado del auto y darnos las garantías necesarias.
En este caso, aún con más razón, la seguridad es fundamental. Además del imprescindible ABS, obligatorio desde 2006, y el Sistema de Asistencia a la frenada (denominado con distintas siglas según la marca), que deben incorporar los vehículos desde febrero de 2010, si cuenta con ESP, es una buena elección.
Y ¿cuál es el mejor segmento?
No es aconsejable que el primer coche sea grande, es mejor elegir uno manejable, de dimensiones contenidas, que además gastan menos. Si los recorridos son en su mayoría por ciudad, mejor optar por los más pequeños, los del segmento A, que son los que se encuentran entre los 3,30 y los 3,70 metros de longitud. Pero si se tienen que hacer recorridos extraurbanos, lo ideal es un auto del segmento B, los llamados utilitarios, que rondan los 4 metros.
La competencia entre fabricantes ha hecho que cada vez existan más alternativas, y según las necesidades se puede elegir por ejemplo un “minimonovolumen” o un “minitodoterreno”, pero lo más adecuado para un joven es probablemente un compacto pequeño.
¿Y qué motor y potencia son los más indicados?
Como en todos los casos, comprar un gasolina o un diésel va en función de la cantidad de kilómetros que hagamos. Suele fijarse ese número de kms a partir de los 15.000 al año, pero esa barrera puede difuminarse según la diferencia del precio de compra final de uno y otro y entonces hay que hacer números.
En cuanto a la potencia, también hay que ver el tipo de recorrido más utilizado. Para rutas “planas “, es decir, por un tipo de vía casi siempre igual, sobre todo ciudad o autovía y autopista, 75 CV pueden ser suficientes. Pero si tiene que alternar diferentes tipos de carreteras y hacer adelantamientos, mejor algo más de potencia, sobre los 90 CV e incluso los 105, pero más no es necesario, aunque la relación peso/potencia al final es lo más importante.
¿Manual o automático?
De toda la vida se ha dicho que para aprender a conducir, mejor un coche con cambio manual. En las autoescuelas así sigue siendo, con alguna excepción, y como la mayoría de vehículos tienen ese tipo de cambio, en principio sería mejor para que se vaya acostumbrando.
Pero las cosas están variando y los cambios automáticos cada vez son de mejor calidad, más apreciados y más vendidos. Además, la gran mayoría permiten subir y bajar velocidades secuencialmente, es decir, que si queremos podemos cambiar manualmente sin necesidad de embrague.
En lo que no hay ninguna duda es en la diferencia de precio, que puede ser ostensible, y por tanto eso puede decantarnos por uno u otro. En todo caso, tengas el presupuesto que tengas, si quieres regalarle un coche a tu hijo mira las ofertas del servicio de venta de coches del RACC. ¡Seguro que encuentras lo que buscas!