¿Qué es el “sharing economy”?
Por: RACC Blog
Compartir tu piso o casa durante las vacaciones, intercambiar ropa, alquilar tu coche o incluso hacer un trueque con la comida que preparas para llevarte al trabajo: son algunas de las opciones actuales del sharing economy o consumo colaborativo, el intercambio de productos y servicios entre particulares a través de plataformas digitales.
Esta nueva forma de consumo, que la revista Time calificó en 2011 como una de las 10 ideas que cambiarán el mundo, se basa en algo tan sencillo como compartir nuestros bienes con otras personas interesadas en ellos. Con el sharing economy podemos hacer que sean más rentables. Por ejemplo, si eres de los que necesitas el coche sólo el fin de semana, alquilarlo de lunes a viernes, o incluso por horas, sería una estupenda opción para sacarle más partido y reducir costes. Lo mismo ocurre con las vacaciones: ¿qué te parecería ceder tu casa a una familia australiana mientras tú y los tuyos pasáis el verano en su apartamento de Sydney?
Las nuevas tecnologías nos acercan
Internet permite algo que que hace unos años parecía algo descabellado, incluso una verdadera locura para algunos, hoy día sea perfectamente posible y, además, seguro. Tanto es así que según una reciente encuesta, el 55% de los españoles están interesados en el sharing economy. Luis Tamayo, sociólogo experto en economía colaborativa, augura el éxito de esta nueva tendencia de consumo en los próximos años.
Claves para acertar con tu elección
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Si quieres empezar a utilizar este tipo de servicios es primordial que elijas plataformas de intercambio fiables, que ofrezcan garantías tanto para el propietario como para la persona interesada en alquilar. Fíjate, por ejemplo, en si disponen de servicio de atención al usuario. Buscar la opinión de otros usuarios en la red también puede serte de gran utilidad.
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Su funcionamiento suele ser sencillo: normalmente basta con registrarse en la página web de la plataforma de intercambio para poder empezar a consultar las ofertas y demandas del resto de usuarios. Así, actúa como una especie de punto de encuentro virtual, pero al mismo tiempo debe ofrecer garantías.
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Social Car, por ejemplo, es una empresa de alquiler de coches particulares (car sharing) en el que tanto el propietario como la persona que alquila un coche firman un contrato con los detalles sobre el estado del vehículo. Y en Knok están especializados en el intercambio de casas entre familias para ir de vacaciones.
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