Del País Vasco a Francia, una escapada para conocer los pueblos y las playas en el nuevo Golf GTD

La primera etapa de esta ruta por el País Vasco francés la haremos con el nuevo compacto de Volkswagen, el Golf GTD, un modelo que conocemos bien y que siempre nos ha gustado. ¿Con qué novedades nos sorprenderá el nuevo compacto alemán?

Salimos de Hendaya, uno de los pueblos fronterizos del País Vasco francés que visitaremos, que se sitúa justo al otro lado del río de Hondarribia. Su playa, de 3 km de largo, acoge un gran número de turistas y surfistas de todo el mundo en los meses de verano.  Hoy decidimos dejar el bañador a un lado y visitar el centro histórico y disfrutar del ambiente de sus calles. Podéis perderos un rato en ellas, veréis las casas típicas de la zona y sus fachadas rústicas, sus tiendas y lugares de tapas vascas. Llegamos hasta el Château Abbadia, una mansión neogótica imponente inspirada en los castillos de la edad media. Su dueño fue un explorador, aficionado a la geografía, la astrología y culturas del mundo, y seguramente por esta razón su castillo tiene esta apariencia excéntrica y atípica.

En este viaje por la costa vasco-francesa, nos acompaña un Golf GTD 2.0 TDI, que mantiene la potencia y la comodidad del anterior modelo pero en un diseño más moderno y adaptado a los nuevos tiempos: más tecnología y más pensado para las necesidades del usuario. Un icono para todos, fiel a su estilo.

Cerca de Hendaya, tenéis otro de los destinos más concurridos de la zona, San Juan de Luz. Es el segundo pueblo de costa que visitamos, nos perdemos un buen rato por sus calles y sacamos unas mil quinientas fotos (o más) en el paseo marítimo, con las casas de fondo. Si os es posible, hacedlo durante la puesta de sol, triunfaréis. Es un lugar con bastantes turistas, pero sin estar repleto de gente. El casco viejo está lleno de casas de estilo vasco. Muchas de ellas datan del siglo XVII, época en la que el puerto pesquero de San Juan de Luz fue reconocido como uno de los más importantes de Francia.

Volvemos a subir a nuestro Golf GTD (que ya echábamos de menos) y nos dirigimos hacia al norte por la A63, una carretera paralela a la costa, para disfrutar de las curvas con la máxima facilidad en la conducción.

Conducimos una media hora hasta llegar a Biarritz. Esta es quizás la ciudad más importante de la región, por tamaño y por actividad. En sus playas podréis ver amantes del surf practicando con las olas y también turistas. Aquí sí que decidimos remojarnos en las aguas atlánticas de Playa Grande para refrescarnos y cargar pilas. Si vosotros también disponéis de algo de tiempo, hacedlo. Dicen que el agua de las playas de Biarritz tiene propiedades curativas para el organismo. Es por esta razón por la que tienen tanta popularidad los balnearios y la talasoterapia de la zona. Una vez secos, podéis visitar el faro, el mercado Les Halles, el Puerto Viejo y la Roca de la Virgen.

Al final del día, llegamos a Bayona, donde haremos parada y noche en el hotel que reservamos antes de salir. Aprovechamos el descuento que nos ofrecía la RACC Máster en este establecimiento 😉 (tenedlo en cuenta, si la tenéis activada). Bayona es un buen punto de partida o final, dependiendo de los días de los que dispongáis y las zonas que queráis visitar. En esta ciudad se disfruta del mestizaje de las dos culturas fronterizas: la vasca y la francesa, en su máximo esplendor. Encontraréis mezcla de elementos típicamente españoles, como el jamón y las tapas, con otros franceses como el chocolate, las terrazas de los cafés y la catedral de Sainte-Marie.

En Bayona podéis visitar un tramo de muralla (de época romana, muy bien conservado), la Puerta de España y el Castillo Viejo. Si la visitáis a finales de julio, coincidiréis con las fiestas locales (del 25 al 29 de julio), parecidas a los Sanfermines pero con notas francesas, a las que acuden alrededor de un millón de visitantes cada año.

Ficha de la ruta

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La ruta en imágenes

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