RutaRACC: de La Pobla de Lillet a Llivia
Por: RACC Blog
Durante el frío otoñal, visitamos la parte norte de Cataluña, para disfrutar de los colores que nos ofrece la naturaleza, con un Jaguar E-Pace, el SUV compacto de la marca inglesa.
Para iniciar esta ruta pirenaica, el vehículo escogido es un Jaguar E-Pace, D180, un diésel de tracción total, 180 cv y una efectiva caja de cambios automática, ideal para circular por las carreteras estrechas que encontramos entre La Pobla de Lillet y Llivia, dos poblaciones que nos llevarán a ambos lados de los Pirineos, después de haber visitado zonas de montaña como en las anteriores rutas de Ripoll a Beget o El Montseny.
La Pobla de Lillet
Enlazando desde la ruta de Berga, La Pobla de Lillet es un pequeño casco urbano del Berguedà, a 843 metros sobre el nivel del mar, con poco más de 1.300 habitantes y conocido por su pasado industrial en el ámbito cementero. Con varias construcciones de Gaudí, el atractivo turístico de esta población pasa por la arquitectura y el ocio, siendo una de las primeras poblaciones que recibe el agua del río Llobregat.
Situado en la cordillera prepirenaica, La Pobla es hoy en día una zona de paso hacia los Pirineos, en la que podemos disfrutar de una visita cultural y hacer disfrutar a los peques con una vuelta en el tren del Cemento, un pequeño viaje por la villa para recordar su historia reciente.
Con salida desde la antigua estación del ferrocarril a la entrada del pueblo, durante la espera podremos disfrutar del museo de ‘material móvil’, donde encontraremos algunas de las máquinas primitivas usadas para el transporte ferroviario en la comarca, tanto industriales como turísticas.
Desde el Apartador nos esperan tres paradas en el recorrido. La primera de ellas es La Pobla-Centre, desde donde podremos disfrutar de la arquitectura de la población en el casco antiguo. En esta parada podremos visitar el castillo o la iglesia. También el Pont Vell o Pont Gran, una construcción gótica datada del siglo XIV y que deja una de las imágenes más reconocibles de la villa.
Volviendo al tren, pasaremos por el puente del Llobregat antes de la siguiente estación, que nos dará acceso a los Jardines Artigas, una de las atracciones turísticas de La Pobla.
A principios del siglo XX, Eusebi Güell fundó la fábrica de cemento Portland, la primera de Cataluña, para la que encargó al arquitecto Antoni Gaudí la construcción del Chalet del Catllaràs (1901) para el alojamiento de trabajadores e ingenieros de la mina. Durante su estancia, Gaudí permaneció en la casa de los Artigas, propietarios de una de las fábricas textiles más prósperas de la zona. En agradecimiento, el arquitecto les regaló el diseño del jardín. Hoy en día, la glorieta es el símbolo más emblemático de la construcción, sin dejar de lado la Font de la Cascada, el cenador y el león o el Pont d’Arc Coix y l’Àliga, todas construidas en el interior del parque.
La última estación del tren está en la citada fábrica, propiedad en la época dorada de la familia Güell. La fábrica estuvo en funcionamiento desde 1904 a 1975 y todavía quedan los restos de uno de los conjuntos fabriles más sorprendentes de Cataluña.
En el viaje de vuelta, a escasa distancia de la población, visitamos el monasterio de Santa María de Lillet, un antiguo cenobio románico datado del siglo IX y principal núcleo eclesiástico del valle hasta el siglo XIV. A su lado, conocida popularmente como ‘La Rotonda de Sant Miquel’ por su planta circular, una pequeña iglesia con funciones de capilla, consagrada alrededor del siglo XI y que cumplía con las funciones de capilla secundaria.
Castellar de n’Hug
Desde este conjunto eclesiástico, nos dirigimos hacia el norte, en dirección a Castellar de n’Hug por la BV-4031. A 1.259 metros de altitud y en la sierra del Cadí, Castellar es el núcleo conocido por el nacimiento del río Llobregat, uno de los principales ríos de Cataluña con más de 170 km de longitud y una cuenca de 4.948 km², con desembocadura en el Mediterráneo.
Són de visita obligada las llamadas Fuentes del Llobregat, un conjunto de saltos de agua de donde emana el líquido elemento que ha de llegar al mar.
El núcleo poblacional de esta villa de 160 habitantes está dedicado principalmente al turismo, con el comercio y la restauración como principales reclamos. El ‘gos d’atura’ es también una de las principales atracciones, ya que desde 1962 se celebra el último domingo de agosto, en el Prat del Castell, un concurso en el que estos perros son los protagonistas, creado por los hermanos Pepet y Joan Armengou, propietarios de la Fonda Fanxicó, la más antigua de la población, fundada en 1731 por miembros de la misma familia. Actualmente todavía podemos mantener una interesante conversación con uno de los Armengou, que nos descubrirá los secretos de esta villa y nos hablará de las cinco ediciones del concurso ganadas por su familia.
La Molina
Saliendo de Castellar, nos dirigimos hacia La Molina sin dejar la BV-4031. En este tramo de carretera deberemos extremar la precaución debido a la abundancia de animales domésticos en la calzada, siendo las vacas y las ovejas el principal escollo peligroso para la conducción.
La estación de esquí de La Molina, situada en el término municipal de Alp, disfruta de 61 km esquiables en sus 54 pistas, con snowpark y el mayor halfpipe del Pirineo. Los amantes de la montaña también podrán disfrutar de distintas actividades de ocio como marcha nórdica, buceo en aguas heladas, motos de nieve, mushing o un circuito termal, entre otros.
De la estación, iremos en dirección a Alp, para enlazar con la E-9 y más adelante hacerlo con la N-260 en dirección a Puigcerdá (Baixa Cerdanya). Esta población, la última en territorio catalán, limita con Bourg-Madame al nordeste, y nos permitirá visitar monumentos como el Campanario (s. XII), únicos restos de la antigua iglesia de Santa María, destruida en 1936 y donde encontramos actualmente la oficina de turismo del municipio.
Puigcerdà
Durante el siglo XIX, Puigcerdá se convirtió en uno de los lugares preferidos para el veraneo de la burguesía catalana, principalmente la barcelonesa. La iglesia románica de San Tomás de Ventajola (s. X), el museo Cerdà o el edificio de la Estación de Ferrocarril (1922) son otras de las edificaciones a visitar.
Uno de los lugares más visitados es L’Estany, una de las estampas más conocidas de la villa. Este estanque artificial (datado del año 1260) se alimenta del suministro de agua de una acequia artificial desde el río Querol. El cónsul danés German Schierbeck impulsó la construcción del parque que lleva su nombre.
Llivia
Desde Puigcerdá, por la N-154 llegamos a Llivia atravesando territorio francés. La isla formada por esta población es un caso único en España, siendo el único enclave en suelo extranjero.
Después del Tratado de los Pirineos (1659), que ponía punto final a la Guerra de los 30 Años, de la Conferencia de Ceret (1660) y del Tratado de Llivia (1660), España entregó los 33 pueblos de la comarca de la zona más oriental de la Cerdaña, quedando fuera Llivia por tener el título de villa, privilegio concedido por Carlos V.
Durante la Guerra Civil, en febrero de 1939, las tropas franquistas tuvieron que pedir permiso a las autoridades francesas para ocupar la villa, ya que debían atravesar territorio francés.
Limitando con Bourg-Madame, Targasonne, Estavar, Saillagouse, Sainte-Léocadie, Ur y Angoustrine-Villeneuve-des-Escaldas, Llivia tiene actualmente unos 1.400 habitantes. En la población podremos visitar la Farmacia Esteve, datada de 1415, una de las más antiguas de Europa junto con la Farmacia Codina (1810) de la población de Caldes de Montbui, que ya visitamos en otra ruta.
Actualmente, después de cerrar en 1942 porque León Antoni Esteve se trasladó a Puigcerdá, la farmacia es un museo. El establecimiento se mantuvo en la familia durante 23 generaciones y al cerrar se confió su custodia al ayuntamiento y, más tarde, a la Diputación de Gerona. Desde 1981 los materiales de la farmacia forman parte del Museo Municipal de Llivia.
Muy cerca de la farmacia, junto a la cual se construyó la actual casa de la villa, encontramos la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, construida entre los siglos XVI y XVII. Al lado, la Torre de Bernat de So, un edificio militar defensivo del siglo XIV.
Es aquí donde acabamos esta ruta de La Pobla de Lillet a Llivia, con un total de 56,7 km, con el SUV de la marca de Coventry, un compacto de lujo que deja a Jaguar en una posición difícil de superar, gracias a la calidad de un vehículo destacable por la precisión de su dirección asistida y el confort de marcha.