El Salón del Automóvil de Frankfurt es uno de los escaparates más importantes del mundo para conocer lo que depara el futuro próximo de la automoción en toda su dimensión. 230.000 m2, 1.091 expositores, 159 novedades mundiales y unos 900.000 visitantes dan una idea de la importancia de esta exposición.

La edición 2013 se ha querido “vender” (y así lo hizo la canciller Merkel en la inauguración) como el Salón de las energías alternativas, sobre todo de los coches eléctricos. Las marcas alemanas (incluidas BMW, Volkswagen, Mercedes…) han anunciado inversiones multimillonarias para poner en el mercado, entre ahora y finales del 2014, hasta 16 modelos eléctricos (puros, híbridos, híbridos enchufables o de autonomía extendida) fabricados en serie.

El alquiler de las baterías y no la compra, tal como pasa ya en algunos modelos actuales, y la extensión de puntos de carga rápida –decisión de las administraciones–pueden atraer nuevos compradores de eléctricos. Los híbridos, más consolidados, son ya una realidad en las propuestas de muchos fabricantes.

En cualquier caso, todos los especialistas coinciden en que el proceso de cambio masivo hacia la propulsión mediante energías alternativas no será inmediato; los próximos diez o quince años dominarán todavía los motores diesel y gasolina. Eso sí, cada vez más ahorradores y limpios. El esfuerzo hecho para disminuir el gasto de combustible y de emisiones de CO2 no puede desaparecer de un plumazo y las marcas van a continuar mejorando la eficiencia de los motores térmicos hasta que se vea un cambio claro en el mercado.

La otra gran tendencia ha sido la conectividad de los coches. Llega a conexión plena y recíproca entre el coche, el mundo on-line  y los dispositivos móviles de los conductores… Se trata de poner Internet dentro del coche y el coche dentro de Internet. La red se convierte en una gran aliada del conductor en dos aspectos básicos: por un lado el “infotainment” (información + entretenimiento), para que el conductor disponga de manera intuitiva y sencilla de información completa sobre el viaje y pueda estar “conectado” en el sentido más amplio de la palabra. Por el otro, lo más importante, suministrando datos en tiempo real que permiten disminuir los riesgos de accidente. Pronto dispondremos de vehículos que avisan de un riesgo oculto antes de un cambio de rasante o que incluso permitirán saber qué nos espera a la vuelta de la esquina. Y, aunque costará acostumbrarse, diversos fabricantes ya realizan pruebas de coches que conducen solos, o en fila guiados por un solo conductor.

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