Suecia prepara una carretera que permite la recarga eléctrica en movimiento
En un mundo cada vez más consciente de la necesidad de preservar el planeta, los vehículos eléctricos se han convertido en una auténtica revolución para el transporte sostenible. Estos vehículos están presentes en el transporte público, pero también a nivel de usuario. De hecho, cada vez son más los conductores que apuestan por un coche eléctrico en lugar de uno de combustión. Tanto es así que, según datos oficiales, en el año 2023 se registraron 62.843 nuevas matriculaciones para este tipo de automóviles, lo que se traduce en un incremento de más del 70% de las ventas en comparación con las cifras de 2022.
Esta tendencia al alza está favorecida por la implantación de zonas de bajas emisiones en algunas ciudades, y también por la reciente ley de la Unión Europea que prohíbe la venta de coches de motor de combustión a partir de 2035 si estos producen emisiones de CO2.
Con todos estos cambios que se irán afianzando en los próximos años, buscar una solución para garantizar una movilidad sostenible ha pasado de ser una propuesta a convertirse en una realidad.
Suecia, a la vanguardia
El primer país que ha dado un paso al frente en firme ha sido Suecia, donde se va a transformar una autopista para que todos los coches y camiones eléctricos se puedan cargar mientras circulan.
La carretera escogida ha sido la ruta europea E-20. Se trata de un tramo también significativo, pues conecta los centros logísticos de Hallsberg y Örebro, situados entre Estocolmo, Gotemburgo y Malmö, las tres principales ciudades del país.
Se estima que las obras empiecen en 2025, con la habilitación de los 21 kilómetros iniciales, y que finalicen en 2045, cuando se alcancen los 3.000 kilómetros de carretera electrificada permanente.
Sin embargo, todavía queda por concretar cuál va a ser el sistema de carga que se va a implantar. Existen tres opciones sobre la mesa:
- Sistema de catenarias: la energía se transfiere a través de unos cables aéreos, como sucede en los tranvías. La desventaja del sistema es que es más óptimo para vehículos pesados e imposibilita su uso al resto de vehículos.
- Sistema conductivo: para ello se debe instalar un riel en la carretera y un sistema de carga inalámbrica en el vehículo, de modo que se produzca la carga mientras el vehículo está en funcionamiento.
- Sistema inductivo: la electricidad se envía a una bobina del vehículo que después se utiliza para cargar la batería. Es la opción que más gusta, pues es aplicable a un mayor número de vehículos.
Además, los ingenieros que están realizando los estudios previos garantizan que basta con electrificar el 25% de la red de carreteras para garantizar una movilidad sostenible segura.
¿Cómo influye positivamente en la movilidad sostenible el hecho de tener una red electrificada?
Actualmente cuatro son los puntos que pueden generar reticencias a la hora de apostar por vehículos eléctricos:
En primer lugar, el no tener una infraestructura amplia para poder recargar el vehículo cuando sea necesario.
Después, y relacionado con el punto anterior, los largos tiempos de espera para completar la carga.
En tercer lugar, siguiendo con la misma idea, “la ansiedad de la autonomía” o, lo que es lo mismo, el nerviosismo que experimenta el conductor cuando ve que se agota la batería y no tiene un punto de carga cerca.
Y, por último, el elevado coste de estos vehículos, debido a las baterías.
Al tener carreteras que permitan la carga en movimiento, los fabricantes podrían apostar por baterías más pequeñas –y, por ende, más económicas–, y se pondría final a la búsqueda de puntos de carga y a la espera durante el proceso.
Otros países
Suecia se ha asociado con otros países europeos para conseguir información. En concreto, la alianza ha tenido lugar con Francia y Alemania, ya que Francia ha pedido realizar un tramo piloto de carretera electrificada y Alemania cuenta ya con instalaciones de demostración.
Dentro de Europa, en el Reino Unido y en Italia también se está trabajando en la implantación de sistemas de carreteras eléctricos. Y si miramos fuera, en Detroit (Estados Unidos), un fabricante de tecnología emergente israelí ha desarrollado un sistema de carga inductiva a través del cual los vehículos, que están posicionados en una plataforma, reciben una carga de manera inalámbrica. Este método solo está pensado para camiones de reparto y autobuses públicos, por lo que no todos los transportes sostenibles pueden beneficiarse del mismo.