Técnicas y detalles para ahorrar con nuestro coche
Por: RACC Blog
Ser propietario de un vehículo representa una serie de gastos, eso está claro: empezando por la compra, pero obviamente no termina ahí: también hay que tener en cuenta, y mucho, los pagos frecuentes, como poner carburante o el mantenimiento periódico.
Para empezar, es muy importante seguir siempre los consejos de conducción eficiente, sobre todo porque acostumbrarse a circular a revoluciones bajas favorece la disminución del consumo. Pero hay algunas cuestiones que pueden marcar la diferencia entre un gasto continuado de pequeñas reparaciones y desgaste de componentes, o un funcionamiento lo más efectivo posible de nuestro vehículo. Eso repercutirá en un ahorro que a medio o largo plazo compensa enormemente.
El mantenimiento
En los detalles está la clave del ahorro. Es muy importante realizar un control periódico del vehículo para que no se nos escape nada. En el caso de coches menos evolucionados, que son todavía mayoría, conviene tener anotados los datos de los mantenimientos que nuestro taller de confianza nos tiene que ofrecer.
Neumáticos. Por ejemplo, hay que llevar siempre las gomas a la presión que indica el fabricante. Es importante recordar también que se tiene que variar según las circunstancias, por ejemplo si vamos casi vacíos o a plena carga por autopista. Unos neumáticos poco hinchados suponen un gasto innecesario de gasolina y unos excesivamente inflados representan pérdida de estabilidad. En cualquier caso la duración de los neumáticos, uno de los elementos más costosos, se alargará y nuestro bolsillo lo agradecerá.
Control del combustible. Un control periódico del consumo de combustible es fundamental para localizar problemas vinculados a la mecánica. También en este caso los coches de última generación nos lo ponen más fácil porque con los ordenadores de abordo realizan el cálculo de forma autónoma, pero si nuestro vehículo no realiza el proceso, podemos hacer el cálculo poniendo a cero el cuentakilómetros cuando vayamos a repostar y calcular cuántos kilómetros hemos podido hacer con un depósito, multiplicamos la cantidad de litros que hemos puesto por 100 y dividimos el resultado por el número de kilómetros hechos y obtendremos la media de consumo a los 100km. Si vemos alguna variación sustancial en recorridos habituales hay que llevar el coche al taller. Hay quien cree que los combustibles premium mejoran el funcionamiento del motor. Es cierto que algunos coches ven incrementado su rendimiento, pero son pocos. Lo cierto es que en general no vale la pena el sobrecoste del carburante por las mejoras que supone.
También, a la hora de repostar, no está de más tener en cuenta cuándo y dónde es más barato poner gasolina, tal y como te explicábamos en este post.
La conducción eficiente
Climatización. Por lo que se refiere al debate de qué es mejor de cara al consumo, si circular con las ventanas abiertas o el climatizador, está claro que a partir de los 50 km/h es mucho mejor utilizar los sistemas de ventilación interiores, sea el climatizador si lo tenemos o manualmente, porque con las ventanas abiertas podemos gastar de media un 10% más por la resistencia al avance que provoca.
Velocidad. A partir de los 100 km/h el consumo de combustible aumenta considerablemente. Por ejemplo, en un trayecto de 300 kilómetros por autopista la diferencia en tiempo según si apretamos más o menos el acelerador (siempre dentro de los límites) puede ser de unos 20 minutos, en cambio el consumo de combustible se puede disparar hasta un 40% más. Por tanto, si vamos a hacer un viaje largo es mejor mantener velocidades bajas, perderemos unos minutos, pero ahorraremos unos cuantos litros de carburante.
El seguro
El seguro de coche es un gasto inevitable y obligatorio, pero con un buen asesoramiento también es posible ahorrar. ¿Terceros completo? ¿Todo riesgo? ¿Cuál te conviene? En el RACC te asesoramos en función de lo que más te convenga.
Y con el seguro de coche del RACC puedes conducir tranquilo porque cubre hasta el último detalle. Por ejemplo, incluso te pagamos el recibo del seguro si te quedas en paro.