Nacidos para ganar
Por: RACC Blog
La labor desarrollada a lo largo de los años por el RACC ha convertido el motociclismo catalán y español en una potencia dentro del Mundial. Un modelo admirado en todo el mundo que se traduce en un dato: en la carrera de MotoGP del próximo GP de Cataluña, 8 de los 10 pilotos españoles que participan son pilotos formados en la cantera del Club.
Hace 25 años Àlex Crivillé consiguió el primer podio de un piloto catalán, y español, en la categoría reina del Mundial de Velocidad, los 500 cc (ahora llamada MotoGP). Un hito que, en el fondo, venía a afianzar que el pilotaje de aquellas motos brutales, a base de atornillar el puño derecho haciéndolas deslizarse, era cosa de norteamericanos y australianos, no de los pilotos de aquí. El RACC decidió entonces hacer lo posible para que las gestas del piloto de Seva y de otros como él no fuesen flor de un día. Había que asegurar el relevo. Joan Moreta, miembro de la Comisión Deportiva del RACC, tuvo claro que la clave era trabajar con los más pequeños. De aquella semilla surgió el compromiso firme de llevar a cabo una serie de programas de formación de jóvenes pilotos que acabaron creando una cantera repleta de futuros campeones.
Desde hace unos años saboreamos el excepcional resultado, que se resume en un dominio incontestable en el Mundial de Motociclismo: en el próximo Gran Premio de Cataluña, 8 de los 10 participantes españoles de la categoría reina de MotoGP serán pilotos que habrán pasado por la cantera del RACC.
Allanar el camino
Joan Moreta, fallecido hace dos años, tenía una máxima: “El que vale llega… Nosotros solo debemos intentar hacerle el camino más llano”. Una labor silenciosa pero básica y provechosa. El proyecto del RACC, junto con la Federación Catalana de Motociclismo (FCM) y otros colaboradores posteriores, como la escuela Monlau, se materializó inicialmente en la Copa Conti –allí debutó Marc Márquez a los 8 años con Pol Espargaró, dos años mayor– y el Open RACC 50, creado en 1997, una serie de iniciativas pensadas para ampliar la base. La promoción del deporte de base –y, de rebote, la formación de jóvenes pilotos– era el primer objetivo, porque cantidad y calidad son conceptos que siempre van de la mano. Una vez fijada la base, se erigió una pirámide para hacer posible la progresión de los jóvenes pilotos. Los que destacaban pasaban al equipo RACC del Campeonato de Cataluña de 125 cc; los mejores, al equipo RACC del Campeonato de España de Velocidad, el CEV, que recibió un impulso incontenible hasta convertirse en el actual FIM CEV Repsol, o Mundial Júnior de Moto3. Y desde allí, el salto al Mundial ya estaba al alcance de los mejores.
La esencia de la cantera
Los ya citados Marc Márquez y Pol Espargaró son un ejemplo revelador de este planteamiento. Tras ganar el Open RACC 50 en años sucesivos, los dos pilotos RACC se reencontraron en el Mundial, primero en la categoría de 125 cc y después en Moto2, donde se disputaron el título en 2012. Desde la Copa Conti hasta la consolidación en el Mundial; la esencia de la escuela RACC está aquí.
El escudo del RACC
A lo largo de este camino, el apoyo del RACC a sus pilotos era y es una constante. No es casual que hoy día cuatro pilotos RACC sean corredores oficiales de cuatro de las marcas del Mundial de MotoGP: Marc Márquez (Honda), Jorge Lorenzo (Ducati) –con el RACC junto a él desde los 11 años–, Aleix Espargaró (Aprilia) –también campeón del CEV 125 cc con el equipo del RACC, como su hermano pequeño– y Pol Espargaró (KTM). Aún más, el de Cervera y el balear han sido campeones de la categoría reina en seis de los últimos siete cursos, recuperando así, casi en propiedad, el histórico título de 500 cc de Crivillé de 1999. Y luchando, entre otros, con cuatro pilotos más que en su ascenso hacia la gloria pasaron por la escuela del RACC: Dani Pedrosa (Honda), Maverick Viñales (Yamaha), Àlex Rins (Suzuki) y Tito Rabat (Honda privada).
Raíces y alas
Según Carmelo Ezpeleta, máximo responsable de Dorna –organizador del Mundial–, el RACC “inventó una manera única de crear campeones”. Un modelo admirado e imitado. El secreto es muy sencillo –y complejo–. El presidente del Club, Josep Mateu, lo ilustra así: “A nuestros pilotos les damos raíces y alas. Las raíces son nuestros valores, lo que les hace sólidos. Las alas son los medios para hacer crecer su talento”. Veinte años después de poner en marcha la “fábrica de campeones”, la rueda no para, con pilotos consagrados como Àlex Márquez y valores como Aleix Viu (16 años), Jeremy Alcoba (15), Arón Canet (17) o Xavier Vierge (20). Futuros campeones de una cantera donde ya no brotan flores de un día, sino que se ha convertido en una frondosa primavera.
Artículo de Valentí Fradera. Fuente: Revista RACC Junio 2017.