¿Contaminan los coches eléctricos e híbridos?
Por: RACC Blog
Los datos sobre contaminación de los vehículos eléctricos que se publican, se calculan teniendo en cuenta solamente las condiciones de circulación durante su uso y en función de las emisiones del mix energético de cada país. Pero estos datos no representan todo el impacto ambiental del vehículo. Las emisiones completas de todo su ciclo de vida empiezan a generarse desde mucho antes con la fabricación y se extienden después con el desguace y el reciclaje.
Hay distintos métodos para calcular esa contaminación, y una muestra nos la da un informe oficial de la Agencia Europea del Medio Ambiente, que arroja datos muy interesantes.
Fabricación y reciclaje de las baterías
Este impacto negativo se produce sobre todo en la etapa de extracción de las materias primas para las baterías y durante su fabricación, que a menudo ocurre en China, un país que genera mucha electricidad a partir del carbón. Y también es relevante el impacto del reciclado una vez acabada su vida útil.
Las baterías contienen metales como el acero, el litio, el manganeso, el cobalto y el níquel, y también plásticos, componentes difíciles de reciclar.
Para mejorar los datos en esas dos fases críticas, la Agencia propone la “estandarización de la batería para facilitar el reciclaje y la reutilización”. Esto solucionaría parte del problema. Asimismo es necesario fomentar el darles una segunda vida útil en vez de destruirlas o descomponerlas. Eso ya se ha empezado a hacer en algunos casos, reutilizándolas, por ejemplo. También en casas particulares, en algunos espacios públicos o en alimentadores de cargas para otros coches eléctricos.
Será fundamental aumentar la durabilidad de las baterías, pero hoy en día su vida media es de entre 8 y 10 años. En función de la intensidad de uso, pueden aguantar más de 1.000 ciclos de carga y descarga con una mínima pérdida de capacidad.
Consumo y emisiones durante la vida útil
Es evidente que durante su uso cualquier vehículo consume energía, sea eléctrica o de combustibles derivados del petróleo. En el caso de los vehículos eléctricos puros y, en menor medida, los híbridos enchufables (PHEV), el origen de esta energía para la carga de las baterías dependerá del mix nacional de producción y consumo de energía eléctrica, que contiene una parte de combustibles fósiles, como el carbón o el gas natural.
Conforme esta energía de recarga se vaya sustituyendo por renovables (eólica, solar…), en el ciclo completo los coches eléctricos podrían contaminar hasta un 90% menos que un coche de combustión. Ahí reside el verdadero potencial ecológico de los vehículos eléctricos y conviene acelerar esa transición al máximo.
Conclusiones del informe
Como conclusión, los datos de la Agencia Europea del Medio Ambiente advierten en su informe que el inicio de la producción de un coche eléctrico contamina casi dos veces más que los vehículos movidos solo por motores de combustión, cosa que se podría mitigar con un mayor uso de energía renovable en la fabricación de baterías. Posteriormente, con el uso, se revierte la situación en favor del vehículo eléctrico.
Si tomamos como referencia el ciclo de vida completo, hoy día los automóviles movidos por propulsión eléctrica son entre un 17 y un 21% menos contaminantes que los vehículos diésel y entre un 26 y un 30% que uno de gasolina.