Ejercicio y salud
El ejercicio es bueno para la salud, y practicarlo de manera regular es beneficioso para disminuir la mortalidad global y el riesgo de muchas enfermedades, así como para mejorar la calidad de vida, el estado de ánimo y la capacidad funcional global.
Prácticamente todo el mundo se beneficia del ejercicio físico con independencia de la edad, el sexo y la existencia de enfermedades crónicas o discapacidades.
Por regla general, para lograr beneficios saludables se recomienda realizar un mínimo de 150 a 300 minutos a la semana de actividad aeróbica de moderada intensidad (75 a 150 minutos si la actividad es intensa) + un mínimo de 2 días a la semana de ejercicios de estiramiento y fortalecimiento musculares.
Para tener en cuenta
- Actividad aeróbica es el ejercicio que aumenta las pulsaciones, es decir, el ritmo cardíaco. Algunos ejemplos de actividad moderada son: montar en bicicleta, natación recreacional, tareas de jardinería, caminar rápido, tareas de limpieza del hogar, bailar, aquagym, yoga. Actividad intensa sería las mismas actividades con mayor intensidad (nadar largos, bailar intensamente, correr) o bien tenis, alpinismo, saltar a cuerda, kickboxing, entrenamientos a intervalos de alta intensidad, jugar al fútbol o baloncesto, esquiar, etc.
- Los ejercicios de fortalecimiento musculares son ejercicios tipo pilates, flexiones, ejercicios con mancuernas, etc.
- Se recomienda repartir la actividad física a lo largo de la semana, pero periodos cortos de actividad intensa (de cualquier duración, hasta de pocos minutos) también suponen un beneficio para la salud y se pueden acumular en el recuento semanal.
- Los entrenamientos a intervalos de alta intensidad (alternan periodos cortos de máximo esfuerzo con periodos de recuperación menos intensos) tienen beneficios similares a los de la actividad física moderada continua. Curiosamente, las personas con obesidad y sobrepeso tienen más beneficios cardiovasculares con este tipo de entrenamientos que las personas con peso normal.
Variaciones de las recomendaciones según la edad y situaciones:
- Niños menores de 5 años: deben mantenerse en movimiento una buena parte del día, animándolos a juegos activos y variados.
- Niños y adolescentes de 6 a 17 años: practicar al menos 60 minutos de actividad física al día; la mayoría debería ser actividad aeróbica moderada o intensa (incluir actividad intensa tres días por semana), pero también ejercicios de fortalecimiento muscular y óseo tres días a la semana.
- Adultos: las recomendaciones generales mencionadas al principio.
- Adultos mayores: mismas recomendaciones que los adultos, teniendo en cuenta que:
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- Las personas mayores deben decidir qué nivel de esfuerzo físico pueden realizar en función de su estado de forma.
- Si tienen enfermedades crónicas, deben adaptar el ejercicio físico a su condición para poder practicarlo con seguridad.
- Mantenerse activo en la medida que permitan sus habilidades, si no pueden cumplir con los 150 minutos semanales mínimos de actividad aeróbica moderada.
- Mujeres embarazadas y en periodo postparto: las recomendaciones son las mismas que en los adultos. Las mujeres que practicaban actividad física intensa antes del embarazo pueden seguir realizándola si no hay contraindicación médica. Es prioritario seguir controles médicos durante todo el embarazo y preguntar las dudas respecto a la actividad física en este periodo.
- Adultos con enfermedades crónicas o discapacidades: mismas recomendaciones que en los adultos en general, pero se pueden adaptar en función de las capacidades o habilidades concretas de cada persona. Siempre que haya dudas, se debe consultar con el profesional habitual.
Numerosos estudios han demostrado la relación entre el ejercicio y la salud física y mental. La actividad física fomenta el desarrollo y el crecimiento en los niños y ayuda a la gente a sentirse mejor. Practicar ejercicio es una oportunidad para divertirse con los amigos y la familia, y para pasar más tiempo al aire libre.
Múltiples beneficios a corto, medio y largo plazo
- Los beneficios inmediatos del ejercicio son, entre otros, la reducción de la presión arterial, la mejora de la sensibilidad a la insulina, la reducción de la ansiedad y mejora de aspectos cognitivos. Estos beneficios se obtienen con una simple sesión de actividad física.
- Los beneficios a medio-largo plazo (en semanas o meses) son:
- Mejoría de la capacidad física.
- Disminución de la mortalidad global y la mortalidad por enfermedad cardiovascular (enfermedad coronaria e ictus).
- Reducción del riesgo de algunas enfermedades: hipertensión, diabetes tipo 2, diversos tipos de cáncer (colon, mama, vejiga urinaria, endometrio, esófago, pulmón, riñón y estómago), demencia (incluso Alzheimer).
- Mejoría de la calidad del sueño en los adultos, aumento del tiempo de sueño profundo y disminución de la somnolencia diurna.
- Ayuda en la pérdida de peso y reducción del aumento de peso.
- Menor riesgo de caídas en las personas mayores.
- Mejoría de las funciones cognitivas como la memoria, la atención y las funciones ejecutivas (organización y planificación, iniciativa, etc.). Está demostrado que mejora el rendimiento académico de los jóvenes.
- Es muy importante disminuir la inactividad. Las personas sedentarias que se muestran más activas y pasan menos tiempo sentadas también se benefician, a pesar de no llegar a las mínimas recomendaciones.
- Los beneficios del ejercicio y la actividad física empiezan a notarse ya desde el principio, aunque no se llegue al mínimo, pero son más significativas a partir de los 150 minutos semanales de actividad moderada.
- Todas las personas con algún tipo de condición crónica (por ejemplo, enfermedad de Parkinson, esclerosis múltiple, artrosis, enfermedades pulmonares, depresión, etc.) y supervivientes de cáncer mejorarán su calidad de vida con la actividad física.
Practica una actividad física con seguridad y regularidad
- Escoge una actividad física adecuada a tu nivel de forma actual y que te guste, pues te será más fácil ser regular.
- Organiza tu tiempo y horarios para poder practicar ejercicio de manera más o menos regular a lo largo de toda la semana (mínimo tres días la semana, mejor si es a diario).
- Incrementa la actividad física de manera escalonada, tengas el nivel de forma que tengas, pero es especialmente importante que las personas sedentarias empiecen a practicar ejercicio físico muy poco a poco y lo incrementen de manera muy gradual.
- Utiliza el equipamiento adecuado para cada tipo de ejercicio y sigue las normas.
- Si tienes una enfermedad crónica, consulta con tu médico el tipo y la cantidad de ejercicio más adecuado en tu caso.