La calefacción es la responsable del 25% de tu gasto energético, pero no la única. Si quieres ahorrar en la factura de gas, además de aislar correctamente tu casa, deberás prestar especial atención a momentos cotidianos como la hora de cocinar y de ducharse.

POR ESTHER ESCOLÁN

Revisa el estado de tu instalación

Asegúrate de que todas las llaves del gas estén completamente cerradas cuando no se usen y de que la llama de la caldera sea de color azul oscuro. En la cocina, comprueba que los quemadores del gas estén limpios.

Optimiza el tiempo del cocinado

Usa solo el agua imprescindible para cada cocinado y baja el fuego cuando empiece a hervir. Tapar las ollas cuando cocines, priorizar el uso de ollas a presión y de freidoras de aire y usar el calor residual del horno también acortará el tiempo de cocinado y, por ende, minimizará el gas consumido.

Estufa

Utiliza la llama adecuada, sin que sobrepase el fondo de los recipientes, y apaga la llama del piloto automático cuando no la estés usando.

Aísla tu casa

Un buen aislamiento te permitirá mantener una temperatura confortable sin necesidad de usar más gas. Instala ventanas de doble cristal, así como burletes en
ventanas y puertas.

Uso inteligente de la calefacción

Utiliza termostatos programables para regular de forma automática la temperatura de tu hogar, que debe estar entre 20 °C y 21 °C. Durante la noche o si no hay nadie en casa, lo mejor es dejarla entre 15 °C y 17 °C.

Usa el agua caliente de forma responsable

Recorta el tiempo que tardas en ducharte y vigila que los grifos queden bien cerrados. Instalar dispositivos de bajo flujo en los grifos también te ayudará a
limitar la cantidad de agua caliente que usas a diario.

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