¿Cómo limpiar el equipamiento de la moto?
Por: RACC Blog
La limpieza y desinfección de la ropa y de los elementos usados para ir en moto es, por lo general, una tarea fácil pero que necesita ciertos cuidados para hacer durar los materiales.
Desde la época primaveral hasta la otoñal, generalmente el uso de la moto se intensifica y el distinto equipamiento va cambiando conforme lo hace la temperatura. Es de vital importancia el buen uso de este material, ya que con un buen mantenimiento y lavado podremos mantener intactas sus capacidades y alargar la vida útil.
Como es lógico, antes de la limpieza de cualquier elemento de protección textil, lo primero que deberemos hacer es consultar la etiqueta del producto para comprobar cuales son las recomendaciones de lavado. Nadie mejor que el mismo fabricante para recomendarnos la manera de mantener en perfecto estado la prenda.
También es recomendable la limpieza y desinfección del vehículo, sobretodo después de la pandemia sufrida.
Por ser más baratas y de un uso más frecuente, las prendas de cordura serán las más aconsejables para el día a día, pese a que, como ya recomendamos, el cuero siempre tiene una mayor resistencia a la abrasión que la poliamida. A favor de esta última, su mayor capacidad de de transpiración, que en épocas de altas temperaturas siempre es de agradecer.
Pero ¿cómo tenemos que limpiar nuestra ropa? Adelantamos ya que la limpieza a mano es siempre la mejor solución para no dañar ningún tipo de tejido, pero en ocasiones esto puede ser sustituido por un lavado de prendas delicadas.
Chaquetas, pantalones y guantes
En este apartado, como es lógico, diferenciaremos por tipo de tejido: cordura y cuero.
De cordura
Las prendas de cordura, por lo general, pueden lavarse a máquina, aunque es recomendable cepillar y eliminar las manchas más pesadas como pueden ser barro, insectos o salpicaduras de cualquier tipo antes de proceder a su lavado.
Antes de iniciar el lavado a máquina, conviene desmontar por completo la prenda. Forros, protecciones y demás elementos removibles deberán quedar fuera del lavado, ya que estos pueden dañarse por el efecto del agua, como pueden ser algunos tipos de espumas o plásticos protectores.
Los programas de lavado cortos y de prendas delicadas son los ideales para este tipo de tejido, para el que deberemos hacer uso del agua fría, un detergente neutro y obviar el suavizante.
Las posiciones de las cremalleras también son un aspecto a tener en cuenta, por la gran cantidad de ellas que se encuentran en una chaqueta, e incluso un pantalón, ya que pueden dañar el tejido durante el centrifugado. El secado es recomendable hacerlo al natural, evitando las exposiciones a grandes fuentes de calor (estufas o secadores), pese a que en tejidos membranosos o de Gore-Tex puede ser beneficioso el uso de una secadora para reactivar el efecto impermeabilizante.
En el caso de los guantes, en la mayoría de los casos podremos lavarlos a máquina, aunque también existe la posibilidad de hacer una limpieza rápida con un paño con agua tibia y jabón neutro, así como productos específicos para tal efecto. Un poco de talco al acabar el proceso evitará cualquier resto de posibles olores interiores.
De cuero
El caso del cuero es un caso más concreto. Las prendas de este material no se pueden introducir, por regla general, en una lavadora ni lavar con agua, siendo la limpieza en seco la mejor manera de eliminar la suciedad de ellas.
Para limpiar cuero, nada mejor que un paño con jabón de pH neutro, realizando movimientos circulares por toda la superficie y dejando secar a continuación. Si no usamos productos agresivos evitaremos eliminar la primera capa de la piel –la primera flor de piel, que denominan los expertos–, la capa que le da el aroma y color original al cuero.
La hidratación posterior –una vez seca la prenda– es de vital importancia para su durabilidad, un proceso que es recomendable repetir un par de veces al año. Las cremas o o los aceites específicos devolverán el brillo y la elasticidad a la chaqueta o al pantalón.
El cuero es un tejido altamente deformable y en el caso de los guantes, hay que evitar la exposición a grandes fuentes de calor, así como no dejarlos nunca dentro de un casco. Una vez más recomendamos el uso de productos específicos para la limpieza o acudir a un profesional para evitar la degradación de la prenda durante el proceso de lavado.
Casco
La limpieza de un casco puede ser algo compleja en caso de no iniciados en la materia. Puede parecer sencilla, pero esconde más dificultades de las que podemos creer.
Según el tipo de casco adecuado para cada uso, la limpieza puede ser más o menos complicada.
Para el exterior, agua, jabón y un paño serán más que suficientes para eliminar la suciedad, si bien podremos hacer uso de algún tipo de pulimento o desengrasante que no sea demasiado agresivo para eliminar posibles marcas.
Debemos prestar especial atención a la pantalla del casco, ya que es la parte más delicada e importante a la hora de la limpieza. Una mala limpieza, al margen de perjudicarnos en la visión, puede estropear el acabado de esta. En el caso de equipar Pinlock –el fino plástico interior para evitar empañamientos–, se debe extremar la precaución al máximo e incluso evitar la limpieza para no estropearlo.
Agua, jabón, limpiacristales o productos más específicos de los fabricantes serán, una vez más, las opciones más recomendables.
El interior es siempre la parte más delicada del casco. En el caso de tener piezas desmontables, siempre hay que asegurarse de ser capaz de volverlo a montar, ya que pese a ser sencillo en la mayoría de casos, puede convertirse en una tortura para alguien que no lo ha hecho nunca.
Un lavado delicado en la lavadora o incluso a mano para las piezas más delicadas, junto con el uso de algún desodorizante, será más que suficiente para mantener limpio y en perfecto estado nuestro casco.
Consultar el manual de usuario es siempre recomendable y ya os explicamos cuáles son las partes del casco que más sufren en caso de accidente, por lo que en caso de duda es mejor no desmontarlo, ya que el casco es la pieza de seguridad más vital en la moto y llevarlo mal montado puede ser letal.
Botas
La limpieza exterior siempre es la más cuidada por la mayoría de personas, pero nunca hay que descuidar la interior. Existen infinidad de trucos –cada maestrillo tiene su librillo, dicen–, pero uno tremendamente efectivo es abrir al máximo la caña de la bota después de un uso intensivo para ventilarla correctamente. Después rellenar con papel de periódico para eliminar posibles humedades (habrá que cambiarlo hasta que salga seco), dejando secar al natural. Para finalizar, usar algún espray desodorizante –que puede ser el mismo que el usado para el casco– al terminar el anterior proceso.
En el caso de las de piel y cuero, como pasa con la ropa, la limpieza con agua y jabón y el posterior uso de cremas protectoras, impermeabilizará e incrementará la vida útil de la bota. Un cepillo suele ser suficiente para eliminar cualquier resto de suciedad adherida a la bota.
En el supuesto de una bota de caña alta de mayor rigidez, hay quien se atreve a limpiarlas con agua a presión –sobretodo en el caso de las de enduro o mx– que, pese a ser un método algo agresivo, es bastante efectivo. En las de carretera, de nuevo agua, jabón, un paño y paciencia vuelven a ser la mejor opción.