Los castillos del Alt Penedès con una Honda CB650R
La Honda CB650R es la opción naked de media cilindrada de estética neoretro con la que completamos la vuelta desde el Monestir de Santes Creus.
Hace unas semanas os propusimos una de nuestras RutasRACC a los mandos de la nueva Yamaha MT-07. En ese caso, salimos de Cerdanyola en dirección a Monestir de Santes Creus, un espacio de culto también para los motoristas catalanes. Las carreteras que nos llevaron hasta allí nos dejaron con ganas de más y ¿qué mejor que una vuelta a Barcelona con la Honda CB650R? Efectivamente, una de sus rivales directas en el segmento de las naked de media cilindrada.
Este modelo alado también tiene una de las familias más amplias del mercado, con hermanas pequeñas como la CB125R, la CB300R y la mayor de la casa, la CB1000R. Todas ellas comparten la estética neoretro que tantos éxitos les ha valido, combinando a la perfección un carácter clásico con el equipamiento y las dotes dinámicas de esta firma japonesa.
En definitiva, Honda se atrevió con un salto en lenguaje de diseño al que nos tiene poco acostumbrados, pero mantiene la base de la CB650F a la que sustituye.
Con la Honda CB650R completamos la vuelta de una jornada repleta de kilómetros. Lo hicimos marcando una ruta que pasó por Valldossera, Pontons y Vilafranca del Penedès. El calor intenso de este verano se hizo muy presente, obligándonos a parar a menudo para mantenernos bien hidratados.
El cansancio y la somnolencia están muy relacionados con la ausencia de líquidos en nuestro cuerpo, una falta que también nos puede volver más irascibles a los mandos. Así que, como recomiendan las autoridades, una parada a tiempo nos hará llegar mejor y con seguridad.
De vuelta a la máquina que nos incumbe en esta RutaRACC en moto, la Honda CB650R enamora por su diseño, pero convence por su refinado comportamiento. Eso no sería posible si no habláramos del bloque de 649 centímetros cúbicos de casi 95 CV. Su magia se esconde tras la disposición de los cuatro cilindros que, como todo tetracilíndrico, eleva su potencia máxima hasta las 12.000 vueltas y entrega el par máximo, de 63,4 Nm, a 8.500 rpm.
Para los que os estéis preguntando cómo se sienten todos estos números en carretera, la palabra clave es: dulzura. La entrega de potencia es muy lineal, sin momentos picudos en el cuentavueltas. El empuje es óptimo en todo momento, pero siempre sientes que hay algo más, un punto al que difícilmente vas a acceder, si no quieres arriesgar los puntos del carnet. Todo ello con un consumo algo elevado para mi gusto, con una media homologada de 5 l/100 km que puede ser superior en tramos revirados y exigentes.
Buena parte ciclo
Unas curvas como las que nos encontramos en la carretera que une Les Pobles y Sant Martí Sarroca. Fueron los kilómetros más disfrutados a los mandos de la CB650R, con curvas de todo tipo y una zona boscosa que guardaba el tramo más técnico. Justo antes de Sant Martí Sarroca está la Font de les Dous, una parada muy recomendable en temporada estival pero que, a causa de las pocas lluvias de este año, no estaba tan bonita como yo la recordaba. A cambio, puedes resguardarte del sol en un pequeño local que sirve lo necesario para un breve refrigerio.
Toda esa zona del Pla de Manlleu es reconocida por la cantidad de castillos que quedan en pie, de más o menos relevancia, como el de Marmellar. Tendrás que desviarte de la ruta propuesta a pocos metros de Torrelles de Foix, pero el camino de acceso también hará las delicias de los más aventureros. Nosotros, con el tiempo justo para volver a Barcelona, seguimos con nuestro destino en la ciudad condal.
Equilibrada y racional
Aprovechamos, eso sí, para exprimir un poco más la parte ciclo bien trabajada de esta japonesa. La CB650R no tiene un carácter deportivo, ni mucho menos, pero cumple con las exigencias de cualquier piloto que esté planteándose el salto a la media cilindrada. Además, puede limitarse sin problema para el carné A2 y sus 35 kW.
En comparación con la MT-07, está mejor dotada. Cuenta con una horquilla invertida Showa de 41 mm y 120 mm de recorrido que separa las funciones hidráulicas en una barra y las del muelle en la otra barra. Esta elección le concede hasta siete niveles de ajuste de precarga, una adaptación que también tiene el monoamortiguador trasero de 120 milímetros de recorrido. Se siente más aplomada pero también menos ágil. Es una naked que requiere de más preparación y anticipación antes de la curva pero que, una vez dentro, concede mayor estabilidad y una salida más segura de esta.
En cuanto a los frenos, con discos flotantes de 310 mm y pinza de cuatro pistones de anclaje radial delante y disco de 240 mm detrás, tienen un mordiente más contundente que el modelo del diapasón. Es, en líneas generales, un salto más para aquellos que tengan una conducción agresiva y estén dispuestos a pagar la diferencia de precio. En este caso, la opción neoretro del mercado parte de 8.650 euros sin opcionales.
La altura no será un inconveniente con la Honda CB650R, que firma una distancia respecto al suelo de 820 milímetros. Eso sí, tiene un arco algo más delgado que el de la MT-07 y la colocación de las estriberas un poco más apartadas, que concede una posición de conducción deportiva, te permite llegar cómodamente si mides más de 1,60 metros de altura.