RutaRACC: de Caldes de Montbui a Castellar del Vallès
Por: RACC Blog
Después de haber probado las simpáticas Qooder, damos un salto a dos motos de BMW muy distintas entre sí: a un lado la incansable, clásica y renovada rutera trail media, la F850GS; y del otro el escúter urbano C400X, una moto de ciudad con capacidad suficiente para trayectos de media distancia.
Para ello iniciaremos la ruta en el Vallès Oriental, en la localidad de Caldes de Montbui, un reducto fronterizo entre los dos Vallès que, como ya explicamos en la ruta con un BMW I3, es una villa termal con vestigios romanos.
Caldes de Montbui
En Caldes, las termas romanas del centro del pueblo nos dan la bienvenida con su agua a 74ºc, una gran oferta hotelera y campista de relax y diversos lugares para perderse. Si bien la zona del casco antiguo es imperdible, este pueblo repleto de adoquines –de aquí se extraían los que enlosaron Barcelona durante décadas– nos embruja con su encanto. Y lo de la brujería no es en balde, ya que la quema de brujas que tuvo lugar allí en el siglo XVII se recuerda desde hace dos décadas con el Escaldàrium, la fiesta del fuego y el agua que revive la historia y el equilibrio en la eterna lucha entre el bien y el mal.
Envuelta de un paraje natural envidiable, la montaña del Farell domina las vistas sobre la población, además de albergar la BV-1243, una serpenteante carretera que acoge diferentes pruebas de competición desde finales de los años 60. Desde aquí iniciamos un trazado de unos siete kilómetros para deleitarnos con el funcionamiento de las dos máquinas.
El Farell
Más acostumbrada a la carretera y las curvas, la F850GS se mueve hábilmente entre las numerosas horquillas de la carretera, aunque sin desmerecer a la C400X, que, pese a no estar creada para tal menester, cumple con su obligación para coronar la carretera presidida por el Pic del Vent. Los 14 kilómetros en total son una buena prueba para aprender a trazar con corrección en carreteras de montaña, ya que el escaso tráfico y por ser una vía complementaria permiten que este tramo de comarcal sea muy visitado por moteros y amantes de las curvas.
Sant Feliu de Codines
De bajada, tomaremos la C-59 en dirección norte hacia Sant Feliu de Codines, una localidad rica en paisaje forestal y en la que no hay que pasar sin parar para contemplar las vistas del valle de Riells del Fai o los Cingles de Bertí, una cadena rocosa de la cordillera Prelitoral que separa la meseta del Moianès de la depresión del Vallès.
Rica en arquitectura modernista, las fachadas que flanquean la carretera principal son dignas de ver, antes de girar en dirección a Gallifa. El espacio natural de Sant Miquel del Fai es otro de los trayectos imperdibles, pero que abordaremos en otra ruta más adelante.
Gallifa
Dejando la C-59 por la BP-1241, la carretera empieza a serpentear desde la salida misma de Sant Feliu, llevándonos por un recorrido donde la naturaleza nos envolverá y las curvas nos harán disfrutar de lo lindo, en una carretera con un buen firme y apta para todo tipo de motos. Nuestra trail nos pedirá más kilómetros en su escenario habitual –pese a la falta de pistas forestales–, mientras que la escúter se desenvuelve a la perfección, mientras traza sin problemas las enlazadas que se suceden una tras otra. Y de pronto, Gallifa.
Gallifa es una pequeña población de poco más de 180 habitantes, con algunas casas de piedra y que nos aparece de la nada. El encanto de encontrar, tan cerca de una gran urbe como Barcelona, un pueblo rural en medio de la naturaleza, hace que merezca la pena dar una vuelta por él. Tranquilo, silencioso y casi vacío, es el punto medio del viaje y el sitio ideal para relajar brazos y piernas después de un buen trecho de curvas.
Sant Llorenç Savall
Siguiendo por la misma carretera, a unos nueve kilómetros –siguen las curvas, por supuesto– llegamos a Sant Llorenç Savall, otra pequeña población de 2.400 habitantes que vive casi a los pies de La Mola y en pleno parque natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac.
El castillo de Pera, de origen medieval, diferentes masías o la iglesia de Sant Feliu de Vallcàrquera, además de la multitud de rutas senderistas posibles, hacen de Sant Llorenç un sitio ideal para pasar unos días a solo 40 kilómetros de Barcelona. Los embutidos artesanales de la zona son de obligada cata.
Castellar del Vallès
Dejando de lado la BP-1241, enlazamos con la B-124, una carretera más amplia, para dirigirnos hacia Castellar del Vallès. No sin antes divertirnos durante 13 kilómetros más, ya que es la distancia que separa a estas dos poblaciones.
Flanqueada por el río Ripoll, esta población ha crecido en más de 10.000 habitantes en los últimos 30 años, dejando de lado el aura de pueblo rural para convertirse en una de las ciudades más importantes de la zona. Pese a ello, aún encierra cierta esencia rural en sus paisajes naturales o en algunas de las fachadas modernistas que pueden verse en su casco antiguo. La catedral de Sant Esteve, el poblado de Castellar Vell o la ermita del Puig de la Creu son lugares destacables de esta ciudad que ha visto como sus hijos más ilustres eran pilotos motociclistas, como Dani Pedrosa (tres veces campeón del mundo), Carmelo Morales (6 veces campeón de España y seis de Europa) o el pionero piloto de Derbi Simó Pou.
En esta población ponemos el punto final a una ruta asequible y amena para los amantes de las dos ruedas, en la que nuestras dos BMW, pese a la diferencia de potencia –95 cv de la GS por 34 del monocilíndrico de la C400X–, han cumplido con creces en diversión, seguridad y adaptación al medio.
Ficha de la ruta
Salida | Caldes de Montbui (Vallès Oriental) |
Destino | Castellar del Vallès (Vallès Occidental) |
Distancia | 52 km |
Tiempo | 1 hora 24 minutos (sin parar) |
Dificultad | Fácil |
Gasto en combustible | 4 € (coste estimado) |
Datos técnicos | BMW F850GS – BMW C400X |
Etiqueta |
Mapa de la ruta completa
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