RutaRACC: el mar de la Costa Brava en 365 curvas
En la segunda Ruta RACC en moto de esta temporada nos dirigimos a la Costa Brava, litoral de Tramontana, calas empedradas y pueblos blancos. Esta vez recorreremos la costa que une Lloret de Mar con Sant Feliu de Guíxols, por la mítica carretera de las 365 curvas y alguna más, con una Honda X-ADV 750.
La Costa Brava ha sido motivo de cuadros, poemas y canciones que tratan, probablemente sin éxito, de mostrar el aura mágica que acompaña cada uno de sus rincones. Destino de verano de la alta sociedad catalana y gran parte del turismo europeo, sus playas se cuentan por decenas y de todo tipo. En localidades de mayor tamaño, como Lloret de Mar o Tossa de Mar, encontrarás arena más fina con un litoral predominantemente plácido. A medida que tomes dirección a Francia, el paisaje cambia, las calas agrestes de piedra aparecen y el agua se vuelve más cristalina si cabe. Girona no solo conserva una de las costas más bellas de España, también ha sido lugar de encuentro para millones de aficionados al motor y los rallyes. Todavía recuerdo las primeras pasadas mundialistas de mi infancia que, si la memoria no me falla, serían por el icónico tramo d’Els Àngels o Cladells.
Sin embargo, en la segunda ruta RACC en moto nos quedaremos al lado del mar, en uno de los trayectos más utilizados por los motoristas de la zona. Autóctonos que, de vez en cuando, deben compartir asfalto con aquellos que nos desplazamos en busca de nuevas curvas. Para esta ocasión hemos elegido una de las novedades más exitosas de los últimos años: la Honda X-ADV. Su espíritu aventurero ha animado a más de un urbanita a dar el salto y dejar atrás la tendencia GT que venía acompañando a los escúteres de mayor cilindrada. Estéticamente llamativa, dinámicamente sorprendente y extremadamente cómoda, así es esta crossover que nos acompañó en un paseo precioso desde Lloret de Mar hasta Palamós, pasando por Tossa de Mar y Sant Feliu de Guíxols.
Este escúter crossover de 750 cc empieza a tener sus primeros rivales ahora, momento en el que Honda ha apostado por desarrollar su variante GT: ADV 300. Esta variante concede 57,8 CV de potencia pero con una cifra de par contundente, de 69 Nm sobre las 4.750 rpm. El consumo homologado que firma la marca es de 3,5 litros a los 100 kilómetros, algo que no acabamos de cumplir por las condiciones de la ruta y un viento horrible a nuestra vuelta por la autopista. Uno de los detalles más interesantes de este escúter es el DCT, una transmisión de doble embrague que puede ser configurada al gusto o seleccionar alguno de los 5 niveles preconfigurados. En este caso, tienen mucho que ver con los modos de conducción: Gravel, Rain, Standard y Sport. El primero de ellos está pensado para un entorno off-road, por lo que permite cierto deslizamiento de la rueda trasera.
Las autopistas no son para las motos
La vida de un aficionado a las dos ruedas se vertebra sobre pilares inamovibles de preceptos y prejuicios. Soy la primera que evito cualquier autopista con mi Ducati Monster 821, bien sea por disfrutar de las increíbles carreteras que nos concede nuestro país o por la obsesión desmedida de no gastar neumático de forma “poco divertida”. El precio de las gomas es cada vez más alto, además de la dificultad por encontrar algunos modelos debido a los problemas logísticos de medio mundo. En resumen: las motocicletas de media a gran cilindrada no están pensadas para ir en línea recta, y eso lo suscribo. Sin embargo, llegar a la Costa Brava en un tiempo razonable es imposible sin un poco de C-32 dirección Girona. Además, no negaremos el placer que produce pasar por territorio hostil desde que las primeras máquinas se pusieran manos a la obra para destruir el 90% de los peajes catalanes.
Por suerte, la Honda X-ADV tiene una posición a los mandos muy confortable, tanto por la colocación relajada del triángulo (manillar, asiento y estriberas) como por su visera aerodinámica. Los modos de conducción son de lo más útiles para gestionar una correcta marcha en función del tramo que tenemos ante nuestros ojos, permitiendo que su DCT apueste por la eficiencia en enlaces como este. Nos olvidamos de embragar y, pese a sonar poco motero, es un auténtico placer que solo mejoraría con un control de crucero como el que instalaba la BMW S1000R, probada durante la primera Ruta RACC por Begues. Los primeros carteles de Lloret de Mar aparecen tan pronto como nos dirigimos a la costa, con ganas de ver mar y aprovechar un día soleado entre tantos vaivenes climáticos esta primavera de 2022.
El paseo marítimo de Lloret nos indica que la normalidad está de vuelta. No se oye una sola conversación en español y los transeúntes están lejos de lucir una piel latina bronceada, dejando ver los primeros síntomas de piel rosácea al sol. Turistas y más turistas que traen vida, abren negocios y agotan las reservas de los restaurantes a pie de playa. Nos guste más o menos, en este caso la media de edad no inducía a pensar en noches desenfrenadas, este es el “modus vivendi” de parte de la Costa Brava y, si funciona, todos lo hacemos. Así que hacemos una parada rápida frente al mar, respiramos su aroma familiar y ponemos rumbo a las primeras curvas de la jornada, las que unen Lloret de Mar con Tossa de Mar por la GI 682. Es tan fácil como llegar al final del paseo, girar a mano izquierda en la última rotonda y subir por una callejuela para acceder a la calle principal, que nos hará girar a la derecha.
A los pocos kilómetros empiezan las primeras inclinaciones que, con una Honda X-ADV, suponen un breve tiempo de aclimatación. Su altura hace que te sientas como en una trail, sin la postura motera de esta y con dudas sobre si las protecciones tubulares metálicas de los lados acabarán rascando. Del mismo modo que los neumáticos, con un enfoque mixto entre lo urbano y lo off-road, no son de lo más confiables en un primer momento con llanta delantera de 17 pulgadas y trasera de 15. También cuesta acostumbrarse a la intromisión del cambio automático, que puedes utilizar de modo manual mediante los accionadores de subir (bajo el pulgar izquierdo) y bajar (sobre el índice izquierdo), dado que suele poner una marcha más de la que tú llevarías. Eso cambia si, con el botón MODE situado en la piña derecha, modificas el modo de conducción a SPORT: conseguirás estirar más el cuentavueltas.
Las 365 curvas
Llegas a Tossa de Mar con kilómetros de calentamiento, tanto para ti como para los elementos de tu moto, necesarios para una de las carreteras más filmográficas y bellas del territorio catalán. Une la localidad nombrada con Sant Feliu de Guíxols (GI 683) y le llaman la de las 365 curvas, así que te puedes hacer una idea de lo que tienes por delante pero no del paisaje. En este sentido el mar te queda justo a tu derecha, casi puedes sentirlo y la visión de la Costa Brava es perfecta. Incluso divisas algunos espacios salvajes, como la cala Nova, de un azul precioso bajo los acantilados, entre vegetación y rocas. Motivo más que suficiente para ser zona de campings y urbanizaciones aisladas, con precios inalcanzables para el 99% de los mortales, pero también un acceso de lo menos adecuado ante cualquier incidente en la carretera. Como ese no será nuestro problema, nos centramos en disfrutar de aquello que tenemos entre manos: la X-ADV.
Quién nos iba a decir hace más de una década que la moda de los SUV lideraría el mercado de los turismos, de cualquier segmento. El Seat Arona fue el coche más vendido en España el pasado 2021 y, no solo eso, esta tendencia aterrizó también en las dos ruedas. Lo hizo de la mano de un concepto llamativo, extraño pero atrayente, como es la Honda X-ADV. Mi primera reacción al verla en un salón fue: ¿Qué es este engendro? Pero me gustó, a primera vista. Eso sí, con una altura de 820 milímetros y ancho asiento, la descarté como moto urbanita por la inestabilidad que supone no llegar del todo con los pies al suelo. Más aún si le añades las protecciones metálicas que comenté anteriormente y que la hacen todavía más ancha junto a las estriberas.
El tacto del acelerador es progresivo y sincero, sin espacios de potencia sin completar en todo el cuentavueltas pese a su carácter bicilíndrico de empuje bajo. Su peso (236 kilogramos) y las inercias que acarrea sentirse tan alto, te invitan a llevar una conducción francesa. Se trata del estilo en el que tiras la moto, inclinándola hacia el lado de la curva con un ligero contramanillar, pero tu cuerpo se mantiene recto con el fin de mantener el peso entre los ejes. Genera seguridad y no proporciona lentitud, todo lo contrario. Los cambios de peso se hacen ágiles y puedes cerrar mejor el vértice en caso de encontrar una curva inesperadamente ciega, como la horquilla que sube a la ermita de Sant Grau. Uno de los cruces más fotografíados en la historia de los rallyes en Cataluña por su presencia en el tramo mundialista que hoy nos ocupa.
Nosotros, en cambio, seguiremos recto en ese cruce para seguir dirección Sant Feliu de Guíxols. Si nuestro ritmo es ágil, deberemos ir con cuidado con los ciclistas, que pueden aparecer tras cualquier vértice. Más aún si decidimos hacer la carretera de vuelta, con la montaña a nuestra derecha. Además, no puedes perder la oportunidad de parar en alguno de los miradores, con gran espacio para aparcar, bancos y unas vistas de infarto. No te irá nada mal coger aire y prepararte para un tramo final de lo más complejo, con curvas de todo tipo y un firme en peor estado debido a la aparición de raíces en el asfalto. Por suerte, Honda no ha querido centrarse únicamente en el diseño y han equipado a la X-ADV de una parte ciclo interesante y versátil.
De ahí que la hayan dotado de una horquilla invertida con barras de 41 mm de diámetro y 153 mm de recorrido, regulable en precarga y extensión, que encaja a la perfección con una frenada de doble disco de 296 mm de diámetro con pinza Nissin de 4 pistones y sistema ABS. El freno de atrás se conforma con un disco 240 mm monopistón pero con buen agarre a la hora de timonear la curva. Para el amortiguador trasero han apostado por un sistema de bieletas sobre el propio basculante con un recorrido de 150 mm y permite jugar claramente con el reparto de pesos de una moto fácil de entrar en curva y estable en ella.
Podríamos finalizar nuestra ruta en Sant Feliu de Guíxols, pero nos quedaría lo mejor: la comida en Palamós. Algunos optarán por hacer alarde de su conocimiento gastronómico y se decantarán por las míticas gambas, porque es su zona. Nosotros, en cambio, os vamos a invitar a conocer un espacio decorado con excelente gusto y marinado con la mejor de las cartas: buen producto, buen servicio y un sabor de Michelin. Se trata del restaurante del Hotel Vostra Llar, que lejos de ser un hostal al uso, nos ofrece unas habitaciones clásicas en las que imaginar historias de amor de novela. Se encuentra en la calle President Macià, 12, pero el aparcamiento no es su fuerte, así que mejor ir a pie dejando las motos en un aparcamiento del puerto marítimo. La comida casera valdrá la pena, con un menú que no cuesta más de 15 euros y más de 80 platos en carta, entre los que destacan el arroz de los jueves y la fideuá de los viernes.