Con la recuperación de la movilidad crece la cifra de víctimas de tráfico, pero sin alcanzar el valor previo a la pandemia
El 21.º Estudio EuroRAP elaborado por el RACC muestra que los tramos de la red vial catalana con un índice de riesgo alto o muy alto representan todavía un 25% del total evaluado.
El RACC ha presentado la vigésima primera edición del estudio EuroRAP que analiza la accidentalidad de la red viaria catalana. Con una metodología compartida con otros clubs europeos de la FIA, el RACC ha analizado diferentes tramos de las vías catalanas comparando el número de accidentes graves y mortales producidos en los últimos tres años con el volumen de tráfico diario que circula por ellos. En esta ocasión, el estudio ha auditado 6.373 kilómetros de vías —interurbanas y travesías—, que representan el 92% del total de la movilidad por carretera. Esta edición del estudio —referido al trienio 2019-2021 y que recoge, por tanto, el parón en la movilidad causado por el confinamiento y la covid— señala que la recuperación de la movilidad tras la pandemia ha supuesto un aumento de la siniestralidad que ha acercado la cifra de víctimas mortales y heridos graves a niveles prepandémicos. Aunque las cifras de fallecidos en accidentes de tráfico en Cataluña siguen siendo altas, cabe destacar que en 2022 se redujeron un 10,3%.
Tramos con más siniestros
Según EuroRAP, el tramo de 7,1 km de la C-58 entre Barcelona y Cerdanyola del Vallès aparece por séptimo estudio consecutivo como el que ha concentrado más accidentes graves y mortales por kilómetro entre 2019 y 2021 para el conjunto de vehículos. Todos los tramos de la lista de los que concentran un mayor número de accidentes en Cataluña se encuentran en la Región Metropolitana de Barcelona, a excepción de la autovía entre Reus y Tarragona.
La A-2 vuelve a copar, con cuatro tramos, la tabla de las vías con mayor número de accidentes graves y mortales con vehículos pesados implicados. El que registra mayor siniestralidad es el tramo entre el enlace con la AP-2 y el enlace con la B-20, que el pasado año no aparecía en la lista. En este registro, el
único tramo de la N-340 que aparece es el de la variante de Vilafranca del Penedès y no hay ninguno de la demarcación de Tarragona, a diferencia de otros años.
En el caso de las bicicletas, los tramos con más concentración de accidentes se encuentran todos en la provincia de Barcelona. Además, desde el año 2011, los accidentes con bicicletas implicadas han mantenido una tendencia al alza y han registrado un incremento del 92% a lo largo de la década.
Vías con más riesgo
El estudio indica también que un 25% de la red viaria catalana todavía presenta un riesgo alto o muy alto de accidente grave o mortal. Es una cifra mejor que la del estudio anterior (29%), pero aún significativa. La BP-1417, la carretera de la Arrabassada entre Barcelona y Sant Cugat del Vallès, figura de nuevo como el tramo con mayor riesgo de toda la red vial catalana, con el dato preocupante de la participación de al menos una motocicleta en el 88% de accidentes mortales o graves. Por su parte, el tramo de la carretera GI-555 entre Sils y Massanes ha pasado del tercer puesto en la pasada edición al segundo con mayor riesgo en la edición de este año del estudio EuroRAP. En cambio, la C-16 entre Navàs y Gironella ha sido el tramo con menor riesgo de Catalunya en el trienio 2019-2021, según ha recogido el estudio EuroRAP. Además, en esta edición, han desaparecido de la lista los tramos de la AP-7 y la AP-2, que solían aparecer entre los destacados por su riesgo de siniestralidad.
El caso de las motos
En el conjunto de Cataluña, la siniestralidad de motos y ciclomotores es muy elevada, como demuestra el hecho de que, aunque solo representan un 2,3% de la movilidad global en carretera, están presentes en el 45% de los accidentes con víctimas mortales o graves. En la red EuroRAP, el 50% de los accidentes graves
y mortales de moto se concentran en el 12,4% de longitud de la red, que equivale a 789 kilómetros. De estos, el tramo de la B-10 entre el Nus de la Trinitat y el enlace con las vías B-20, A-2 y C-32 es el que concentra un mayor número de accidentes de moto y ciclomotor.
Tendencias que mejoran
• Entre 2019 y 2021, los accidentes graves y mortales disminuyeron un 8,7%, mientras que la movilidad global en carretera se redujo en un 3% por la pandemia.
• El riesgo alto o muy alto bajó un 6,1% en el global de la red viaria analizada.
• En la década 2010-2020, se redujeron un 54% el número de fallecidos en accidentes.
• En 2022, 157 personas perdieron la vida en accidente de tráfico en las vías interurbanas de Cataluña. Son un 10,3% menos respecto al 2019.
• El descenso de fallecidos del 2019 al 2022 se alinea con el objetivo de la UE de rebajar hasta el 50% el número de muertes en carretera respecto al 2020.
Motivos de preocupación
• En 2022 se ha constatado un gran incremento de víctimas mortales en la autopista AP-7. Las 24 muertes registradas suponen el doble que en 2021.
• Hasta mediados de febrero del 2023, 18 personas habían perdido la vida en siniestros de tráfico en Cataluña (cuando en 2022 fueron 14), de las cuales el 78% fue por salidas de vía o choques frontales en carreteras convencionales.
Judit Monclús para Revista RACC