Tendencias de movilidad en 2025
La movilidad es la gran incógnita de nuestro tiempo. Qué tipo de vehículo comprar, cómo desplazarse diariamente o cómo adaptar el transporte a nuestra vida cotidiana son interrogantes que debemos afrontar en este nuevo año que empieza.
La tendencia eléctrica es toda una realidad, con más de 220.000 vehículos totalmente eléctricos en España hasta 2024. Esta realidad pretende llegar a superar los cinco millones en 2030, según el gobierno de España, y en este 2025 se prevé aumentar la cifra en casi un 23%, continuando con la tendencia alcista del vehículo eléctrico.
Un mayor desarrollo de las redes de recarga, que sean más accesibles y rápidas, así como la obligación de diversificar la electrificación a toda la cadena de transporte (mercancías, servicios rápidos, etc.) o la necesidad de ciudades inteligentes, son los puntos a tener en cuenta de cara al futuro.
Sin embargo, frente a la movilidad eléctrica de los vehículos de cuatro ruedas, la tendencia ahora es buscar alternativas de transporte, sobre todo para la movilidad urbana, a fin de evitar el caos circulatorio diario. La masificación de las ciudades así lo pide y la micromovilidad es una de las grandes opciones de desplazamiento.
La combustión va dejando paso a la electrificación gracias a las ayudas gubernamentales, pero es un sistema que todavía genera excesivas dudas entre el consumidor final, dado sus altos precios, si hablamos de coches o motocicletas, y sus cortas autonomías. Los procesos de trazabilidad de los productos, así como el reciclaje o la fiabilidad, son algunos de los interrogantes pendientes de resolver por parte de fabricantes y gobiernos, que este 2025 deberán seguir trabajando en la divulgación de las bondades de esta tecnología.
La consolidación de las plataformas MaaS (Mobility-as-a-Service) en la integración de los diferentes servicios de transporte público (metro, tren o bus) y privado, así como la de los vehículos compartidos (carsharing o motosharing), será una de las tendencias a tener en cuenta este año.
La transición eléctrica es un hecho, siendo la accesibilidad de los vehículos con esta tecnología uno de los temas pendientes. En este sentido, la mayor longevidad y autonomía de los mismos será el gran reto para el año en el que hemos entrado.
Pese a todo, la adopción de energías sostenibles en la movilidad es una obligación con el planeta, aunque su aplicación todavía esté en ciernes en España en comparación con otros países.
La conectividad será una de las tendencias de mayor relevancia, ya que a la electrificación se le une la inteligencia de los vehículos. De ahí que habrá que exigir un mayor crecimiento de la conectividad y la integración de estas tecnologías en la circulación diaria para aumentar la seguridad y evitar los actuales problemas con los que nos encontramos.
La adopción de la micromovilidad (patinetes, monociclos o bicicletas eléctricas) por parte de anteriores usuarios de vehículos de combustión ha liberado de parte del CO2 a nuestras ciudades, una tendencia que seguirá subiendo en este 2025. Sin embargo, debería ser potenciada por el ente público para conseguir liberar a las urbes del caos circulatorio diario y de todos los problemas derivados del mismo.
La movilidad sostenible es la gran asignatura pendiente de nuestros días y no parece que a corto plazo se vaya a solucionar. Entre todos debemos dirigirnos hacia la solución, dando pasos hacia energías más limpias y seguras en el futuro próximo.
Albert San Andrés para RACC.