Qué son los superalimentos y qué propiedades tienen

En los últimos años es habitual oír hablar de superalimentos. A estos productos se les atribuyen propiedades como la de mejorar el sistema inmunológico o la salud cardiovascular, entre otras. Los superalimentos se han convertido casi en una moda, aunque para saber de dónde viene su popularidad nos tenemos que remontar a principios del siglo XX. Fue entonces cuando una empresa estadounidense, United Fruit Company, alabó los beneficios del plátano ensalzando su alto valor nutricional y su facilidad de consumo.

Con el tiempo, el concepto se ha ido expandiendo y, en las últimas décadas, ha sido impulsado por la industria alimentaria para destacar productos naturales con alto contenido en nutrientes esenciales. Hoy en día no existe una definición científica oficial de superalimento, pero se entiende que son aquellos alimentos con una gran concentración de antioxidantes, vitaminas, minerales y otros compuestos. Aunque lo cierto es que hay que combinarlos con hábitos de vida saludables si queremos gozar de una excelente salud.

Propiedades de los superalimentos

Los superalimentos son alimentos ricos en nutrientes que destacan por:

  • Su alto contenido en antioxidantes.
  • Su aporte nutricional, con vitaminas y minerales esenciales para el funcionamiento del organismo.
  • Mejorar la salud cardiovascular, ya que muchos son una fuente de ácidos grasos esenciales, como el omega-3.
  • Ayudar a la salud digestiva, gracias a su aportación de fibra.
  • Ser antiinflamatorios. 

Ejemplos de superalimentos

Si atendemos a los alimentos de origen vegetal, se podrían considerar superalimentos:

  • Verduras de hojas verdes, tales como las espinacas, la col rizada (kale), la acelga y la rúcula. Son ricas en vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra.
  • Semillas, como las de chía o las de lino, fuente de fibra y omega-3.
  • Frutos secos, en especial nueces, almendras, avellanas, pistachos y anacardos. Tienen un alto contenido en grasas saludables, proteínas, fibra, vitaminas y minerales esenciales.
  • Bayas, conocidas por ser antioxidantes, contener vitaminas y fibra. Entre las más populares están los arándanos, las fresas, las moras, las frambuesas, el açaí y las bayas de goji.
  • Cúrcuma, pues su compuesto activo, la curcumina, tiene propiedades antiinflamatorias y antioxidantes.
  • Cereales integrales, como la quinoa, la avena, la cebada, el arroz integral, el trigo sarraceno y el mijo.

Por otro lado, también encontramos superalimentos de origen animal:

  • Salmón, excelente fuente de omega-3.
  • Huevo, rico en proteína y colina, un nutriente que se encuentra en la yema y que forma parte del grupo de la vitamina B. Esta es fundamental para la memoria y la función cerebral.
  • Yogur o kéfir, con probióticos que mejoran la flora intestinal y refuerzan el sistema inmunológico. 

¿Cómo se pueden incorporar a la dieta?

Estos superalimentos se pueden integrar en la dieta diaria de manera sencilla. Por ejemplo, a través de las ensaladas, en las que, además de verduras de hojas verdes, podemos añadir frutos secos o bayas. También se pueden hacer batidos energéticos, o tomar un yogur con miel y algún tipo de semillas como si fuera un tentempié. Otra recomendación sería hacer infusiones, por ejemplo de cúrcuma y jengibre, sustituyendo así las bebidas azucaradas. 

Cabe destacar que los superalimentos son aliados poderosos para nuestra salud, pero no deben verse como una única solución. Ningún alimento por sí solo puede garantizar la prevención de enfermedades o la mejora absoluta de nuestra salud. Lo más importante es mantener una dieta variada y equilibrada, combinando estos alimentos con hábitos saludables como practicar actividad física e hidratarse adecuadamente.

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