¡Carnaval, te quiero!
¿Quién no se apunta a un poco de diversión en medio del invierno? Bienvenido, carnaval. Celebrado originariamente como un tiempo de relajación previo a la Cuaresma, tiene ahora múltiples versiones alrededor del mundo. La música y el baile son los elementos comunes en todos ellos. ¿A punto para la purpurina carnavalesca?
Río de Janeiro. El mayor carnaval del mundo
El corazón del carnaval de Río es el Sambódromo, creado por el arquitecto Óscar Niemeyer, y que viene a ser a la samba lo que el estadio de Maracaná al fútbol. En esa pasarela con gradas a lado y lado, las escuelas de samba luchan para ser escogidas como la mejor. Durante 80 minutos lo dan todo: es una exhibición de música, baile y disfraces deslumbrantes que han preparado durante todo el año. Ya puedes comprar las entradas para el próximo febrero: el domingo y el lunes son los mejores días, ya que desfilan las escuelas más potentes.
Carnaval en la calle
Más allá del Sambódromo, la música y el baile impregnan la ciudad carioca. Los llamados blocos da rua son agrupaciones locales que desfilan por la calle disfrazadas y acompañadas por grupos de música. Utilizan sobre todo tambores y otros instrumentos de percusión. Entre los más potentes, destacan el de Ipanema y el de Copacabana. Si prefieres una fiesta privada, no te pierdas la del Hotel Copacabana.
Venecia. El carnaval más ‘aristocrático’
El carnaval de Venecia nada tiene que ver con el de Río de Janeiro o con el carnaval que celebramos aquí. En este, las personas se disfrazan con trajes de época del siglo XVII veneciano y recorren las calles y los canales de la ciudad. Hay quien dice que parecen salidos de un cuadro de Canaletto. Los grandes ropajes, las plumas y, sobre todo, las máscaras son los protagonistas de esta celebración que dura 10 días. Gracias a las máscaras, en la antiguedad, los nobles y aristócratas se podían mezclar con las clases populares y divertirse sin restricciones. Aunque esta tradición no siempre ha estado viva. Durante la ocupación de Napoleón fue prohibida para evitar conspiraciones, pero se recuperó en 1979.
El Carnaval de ahora
Hoy en día, la gente sale a la calle disfrazada en desfiles organizados o espontáneos. El día de máximo apogeo es el martes. El atuendo mínimo es la máscara veneciana, que suele ser de color blanco, dorado o plateado. Si quieres ir a alguna de las fiestas privadas que se celebran, prepara la tarjeta de Crédito.
Santa Cruz de Tenerife. El protagonismo de la reina más espectacular
Es considerado el carnaval más importante de Europa y el ‘más brasileño’ del Estado. No es casualidad que esté hermanado con Río de Janeiro. En la celebración de 15 días destaca la elección de la reina del carnaval en una gala internacional. Las aspirantes lucen vestidos espectaculares, confeccionados por artesanos, que llegan a pesar entre 400 y 500 kg. De hecho, necesitan ruedas para poder moverlos.
El otro lado de la fi esta. Las murgas aportan el toque humorístico al carnaval con sus canciones irónicas sobre la realidad social y política. Las comparsas son las encargadas de llevar el baile y la música a las calles y avenidas de Santa Cruz de Tenerife.
Otros carnavales. Nueva Orleans, Londres, Colonia, Niza
Aparte de los tres grandes, otros carnavales destacan en el mundo. Algunos son menos conocidos e, incluso, alguno se celebra en verano. ¿El calor casa más con el carnaval?
Londres. Se celebra el último fin de semana de agosto en las calles de Notting Hill, con más de un millón de personas. La comunidad afrocaribeña ocupa las calles con la música de los sound-systems, la percusión y los puestos de comida callejeros.
Colonia. Aunque empieza el 11 de noviembre, los días ‘locos’ son los seis días anteriores al Miércoles de Ceniza, regados con mucha cerveza. El desfile del lunes es el más destacado; se lanzan caramelos, chocolate y confeti.
Niza. Del carnaval de Francia no te pierdas la Batalla de las Flores, el evento más destacado, y el Desfile de Carnaval, con carrozas extravagantes, decoradas por artesanos y acompañadas de títeres. Nueva Orleans. Los desfiles son los protagonistas del Mardi Gras, o carnaval de Nueva Orleans. Organizados por los krewe, muestran la rica herencia cultural de la ciudad. La fiesta sigue de noche en los locales de la calle Bourbon.
Mònica Galindo para Revista RACC