Descubrir otros mundos

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Desde la aparición de la covid-19 en nuestras vidas, muchas cosas se quedaron en pausa a la espera de tiempos mejores. Dos años después, la situación ha mejorado y vislumbramos cambios que nos permitirán volver a poner rumbo a países y culturas que desconocemos.

Los Cabos. El paraíso menos conocido de México

¿Has decidido pasar unas vacaciones en la playa fuera de temporada? ¿Estás cansado de los destinos en el mar Caribe que concentran la mayoría de los viajeros en busca de sol? Bienvenido a Los Cabos, México, un destino paradisíaco en el extremo opuesto a la Riviera Maya.

¿Cuándo ir? Debes saber que disfrutan de 360 días cálidos y soleados, es decir, todo el año. Es un destino ideal para escaparse del frío de casa, si podemos considerar fríos los últimos inviernos que estamos viviendo. Julio y agosto son los meses con temperaturas más elevadas. Es importante que tengas en cuenta que la temporada de huracanes es de agosto a octubre y que, si quieres avistar ballenas, deberías ir entre diciembre y marzo.

Las playas, su gran atractivo. Sin duda, quien viaja a Los Cabos busca un destino de playa, aunque no solo eso. Te proponemos cinco, todas ellas con aguas cristalinas que van del azul marino al turquesa: playa del Amor —o de los Amantes—, playa Medano, playa Santa María, playa Palmilla y playa Chileno. Son cinco opciones excelentes para nadar, hacer snorkel y ver maravillosos peces de colores; también para pasear y apreciar el paisaje desértico repleto de cactus que hay en sus alrededores.

El Arco, el lugar más popular de Los Cabos. Instagram y el poder de la imagen han conseguido que cada destino se identifique con un lugar. En el caso de Los Cabos, el icono visual más popular es, sin duda, el Arco de Cabo San Lucas. Se trata de una formación rocosa en forma de arco que se encuentra en el mar, donde confluyen el océano Pacífico y el mar de Cortés. La mejor manera de visitarlo es alquilando una barca en la vecina playa Medano. Recomendación para instagrammers: acércate durante la puesta de sol. Encontrarás menos visitantes y la luz durante la puesta de sol es espectacular. Allí encontrarás a unos habitantes muy peculiares: se trata de una extensa colonia de leones marinos que nadan y descansan en el mismo Arco.

Bolivia. Un país que no te dejará indiferente

La llegada a La Paz será lo primero que no te dejará indiferente. Es una reacción puramente física. Esta ciudad, situada en un valle en medio de montañas, se encuentra a 3.600 metros de altura sobre el nivel del mar. El cambio es tan espectacular que tu cuerpo reaccionará: notarás cansancio, falta de oxígeno y dolor de cabeza. Es el llamado mal de altura, al que te irás aclimatando poco a poco.

¿Qué ver en La Paz? Más allá de la turística calle Jaén, de suelo empedrado y casas de colores supuestamente habitadas por duendes y almas en pena, vale la pena subir al teleférico de La Paz para apreciar esta ciudad colgada entre las nubes. Consulta las diferentes líneas para escoger la zona que prefieras. La calle Sagárnaga y las aledañas, repletas de tiendas, cafés y restaurantes, merecen un paseo. Y otra curiosidad que no te debes perder: el Mercado de Las Brujas, donde puedes encontrar todo tipo de pociones, amuletos y plantas que se utilizan en las ofrendas y los rituales de Los Andes y también en la medicina tradicional.

Uyuni, como estar en otro planeta. No te puedes perder una visita al salar de Uyuni, el mayor desierto de sal continuo del mundo: más de 10.500 km2 de sal en pleno altiplano boliviano. En época de lluvias, no podrás diferenciar el cielo del suelo, ya que el cielo se refleja en el agua creando un juego de espejos. Es como estar en otro planeta. Caminar a primera hora de la mañana, hacer una excursión al volcán Tunupa, dar un paseo en bicicleta por las lagunas de colores e incluso quedarse a dormir viendo las estrellas son algunas de las actividades que puedes realizar en Uyuni.

Uzbekistán. Arquitectura religiosa espectacular en el desierto

Más allá de la capital, Tashkent, destacan las ciudades antiguas con majestuosos ejemplos de arquitectura islámica. Una de ellas es Samarcanda, una de las más bonitas de Asia. En ella se encuentra el mausoleo Gur-e Amir, donde descansa Tamerlán. Se proclamó emperador y restaurador del imperio mongol, emulando a Gengis Khan, pero sin llegar a hacerlo tan grande. El centro neurálgico de la ciudad es la plaza de Registán, uno de los conjuntos arquitectónicos más imponentes de Uzbekistán y del mundo islámico; destaca también la mezquita de Bibi Khanum. Sobre ella hay diferentes teorías. Una de ellas es que Tamerlán la construyó para su mujer y la encargó a los mejores arquitectos del mundo.

La ciudad santa. Bujara se considera la ciudad santa del islam en Asia Central y es uno de los grandes centros de la civilización persa. Fue un enclave estratégico de la Ruta de la Seda y sucumbió a Gengis Khan, que dejó en pie el minarete de Kalon por su belleza y por su altura. Este fue el faro de los comerciantes de la Ruta de la Seda, que se concentraban en la plaza Lyabi-Hauz, ahora con más turistas que comerciantes. Destaca también la mezquita de Kalon, la más importante de Bujara y una de las más grandes de Asia Central, y el mausoleo de Ismail Samani, el edificio más antiguo de Bujara, cubierto y protegido por la arena hasta 1924. Si tienes tiempo, aprovecha para visitar Jiva. Es la ciudad medieval mejor conservada de Asia Central.

Más información y reservas al teléfono 93 208 70 00, en las agencias y en racctravel.com

Por Mónica Galindo