Disfrutar del otoño
Llega el final del verano y es el momento de recoger el fruto que ha creado la tierra.
La cosecha de alimentos tan importantes como la uva, la oliva o los dátiles es motivo de celebración. También lo es el recuerdo a los difuntos. Te proponemos algunos destinos donde celebrarás el otoño por todo lo alto.
POR MÒNICA GALINDO PARA REVISTA RACC
La Toscana (Italia).
La magia del vino.
Qué mejor momento que durante la vendimia para descubrir la Toscana, recorriendo sus sinuosas y estrechas carreteras entre viñas pintorescas.
Según el grado de maduración, la uva se recoge entre agosto y octubre. En esta época los rayos de sol caen más inclinados que en verano y observamos paisajes ligeramente dorados, mientras la vegetación ya se cubre con tonos rojos, marrones y amarillos. Con 29 denominaciones de origen, los municipios toscanos
orgullosos celebran con infinidad de fiestas el inicio de la elaboración del vino.
Chianti Classico. Uno de los vinos más valorados de la zona es el Chianti Classico. Se elabora mayoritariamente con la uva tinta Sangiovese, cultivada en una franja de terreno de 700 km entre Florencia y Siena.
La Via Chiantigiana es la carretera que une las dos ciudades y recorre la región vinícola de Chianti, pasando por Greve y Panzano y ofreciendo hermosas vistas de pueblos, castillos, viñedos y olivares.
Singapur.
La luz triunfa sobre la oscuridad.
Dos imágenes identifican sin duda Singapur: la de los Gardens by the Bay —unos espectaculares jardines junto al mar con unas estructuras verticales en forma de árbol de entre 25 m y 50 m de altura— y la de la estatua de 9 m, mitad pez, mitad león del Parque Merlion. Pero sin duda, Singapur es la mezcla de sus barrios de diferentes culturas: el Barrio Árabe, con una comunidad que vende en las tiendas alrededor de la Mezquita del Sultán, y Chinatown, que
conserva antiguas casas coloniales que se entremezclan con templos y puestos de comida callejera.
Deepavali. El Little India de Singapur se llena de luces para el Deepavali o Festival de las Luces. Es una de las grandes fiestas hindúes que celebra el triunfo del bien sobre el mal, de la luz sobre la oscuridad. Este año la fiesta es el 12 de noviembre.
Boston (USA).
Época de brujas.
El clima otoñal es el más benigno para recorrer cómodamente las calles de Boston. Además de visitar Beacon Hill, con sus casas de ladrillo rojo victorianas, o las casas de colores frente al agua en el barrio de Brighton, se puede pasear por los jardines de la Universidad de Harvard y el MIT en pleno funcionamiento. Vale la pena una visita al Museo Isabella Stewart Gardner, construido al estilo de un palacio veneciano y famoso por el robo de obras de Rembrandt, Vermeer y Manet en 1990. Aún se puede ver la marca de las pinturas robadas en sus paredes.
Celebraciones otoñales. Qué mejor que disfrutar del Halloween en Salem, famoso por los juicios a las brujas. En octubre organizan actividades para niños, casas encantadas y mercadillos de magia. Si no te gusta la idea, puedes optar por el truco o trato con dulces. En noviembre, no te pierdas el pavo del Día de Acción de Gracias.
Otros destinos.
Celebrar la tierra y los ancestros.
Con fiestas vinculadas al final o al inicio de la cosecha o a la celebración del día de los muertos, te proponemos tres destinos que te pueden interesar para este otoño.
Marruecos. En octubre, cuando acaba la cosecha, se celebra la Fiesta del Dátil. Erfoud se convierte en ese momento en la capital gastronómica del país. Allí, los comerciantes van a vender los dátiles y los visitantes a disfrutar de las degustaciones y los bailes populares.
Georgia. Rtveli es una de sus fiestas familiares favoritas: es el momento de la vendimia y todos los miembros de la familia vuelven a casa. Compiten durante el día para ver quién recoge más uva y, al acabar, celebran la fiesta compartiendo platos tradicionales.
Laos. Una de las fiestas más importantes es el Boun Khao Salak o Día de los Muertos, en que celebran y recuerdan a los ancestros y difuntos. Durante el día preparan las ofrendas para llevar al templo y ya de noche llevan flores y velas para rezar a Buda.