Los sitios más surrealistas que no debes perderte
Por: RACC Blog
La Tierra merece todo nuestro respeto y atención, pues posee maravillas naturales que debemos salvaguardar para que nuestros descendientes puedan disfrutarlas igual que nosotros podemos hacer ahora gracias a los cuidados de nuestros ancestros. ¿Vamos a dejar que se pierdan estos tesoros tan singulares?
- Calzada del Gigante (Irlanda del Norte)
Cuenta la leyenda celta que un gigante irlandés al sentirse perseguido por otro gigante destrozó la calzada que había construido con la intención de llegar a tierras escocesas. Las consecuencias de su huida es la famosa Calzada del Gigante (Giant’s Causeway) en Irlanda, que cada año visitan más de medio millón de personas. Estas formaciones rocosas únicas, resultado de una erupción volcánica de hace 60 millones de años, forman un conjunto de 38.000 columnas hexagonales de basalto que se erigen a orillas del mar del Norte. Para visitar esta curiosa Calzada, que es Patrimonio de la Humanidad, se puede ir tanto desde Belfast como desde Dublín.
Calzada del Gigante, en Irlanda del Norte.
Foto de Jennifer Boyer.
- Reserva Nacional de Paracas (Perú)
A poco más de tres horas en coche de la ciudad de Lima y dirigiéndonos al sur se llega a uno de los lugares más enigmáticos de América: la Reserva Nacional de Paracas, una enorme extensión de tierra y mar que ocupa nada menos que 335.000 hectáreas y que está considerada uno de los más importantes ecosistemas de nuestro planeta. Sus paisajes lunares y solitarios albergan sorprendentes tesoros como las playas Roja, el Chaco y Lagunilla o la figura de El Candelabro, grabada en la ladera de arena y que se avista desde el mar.
Playa Roja, en Paracas.
Foto de Susana Fernández.
- Géiser Fly (Estados Unidos)
Quizás es una imagen más alienígena que terrestre la que nos ofrece el Géiser Fly, situado en el estado norteamericano de Nevada. Este curioso géiser tiene un hermano más antiguo cerca de allí y ambos son el resultado de la interacción del hombre con la naturaleza. El más viejo tiene casi un siglo y su nacimiento fue fortuito al perforar el suelo en busca de agua para convertir un desierto en tierra cultivable. Lo que salió fue agua geotérmica a 200 ºC. El carbonato de calcio mezclado con ese agua dio lugar a estas formaciones tan curiosas. El géiser más reciente, el Fly Geyser, está en activo, sigue creciendo y su superficie (30 hectáreas) está cubierta de algas, responsables de su singular color. Aunque no se puede visitar libremente porque está dentro de una propiedad privada, los dueños del rancho Fly organizan excursiones desde la localidad de Gerlach.
Géiser Fly, en el estado estadounidense
de Nevada. Foto de Ken Lund.
- Waitomo Glowworn (Nueva Zelanda)
Parece de cuento pero no lo es. Las cuevas de Waitomo Glowworn en Nueva Zelanda son una visita obligada para cualquier viajero que quiera descubrir la magia de la naturaleza. Miles de pequeñas luciérnagas luminiscentes reposan en el interior de estas cavidades subterráneas e irradian una luz azul, que se asemeja al cielo más estrellado que nos podamos imaginar.
Uno de los tramos de la cueva, que
se recorre en barca. Foto de 2il org.
- Río Tinto (Huelva)
La provincia de Huelva posee desde la época de los tartesios y romanos el mayor yacimiento minero a cielo abierto de Europa, que está situado muy cerca del curso alto del Río Tinto, llamado así por su color rojizo que va degradándose a medida que nos acercamos a la orilla. Estos tonos singulares se deben al alto contenido en sales ferruginosas y sulfato férrico que producen un pH del suelo muy ácido. Tan peculiar es este ecosistema, que la Agencia Espacial Norteamericana (NASA) lo ha estudiado a fondo, pues las condiciones medioambientales de Río Tinto podrían ser similares a las de Marte.
El río Tinto discurre por las tierras de Huelva.
Foto de Javier Santos Romero.
- Parque Geológico de Zhangye Danxia (China)
No hay mucha diferencia entre la pintura de un niño y las montañas el Parque Geológico de Zhangye Danxia. Increíble pero cierto. La provincia china de Gansu, próxima al desierto de Gobi, cuenta con un espectáculo geológico extraordinario, allí muchos de los minerales que componen nuestro planeta parece que se dieron cita hace millones de años para teñir las montañas de un eterno arco iris. Una antiquísima colisión de placas tectónicas acabó dejando visibles las sucesivas capas de sedimentos y hoy podemos contemplar un impresionante y colorista paisaje montañoso de 300 kilómetros cuadrados. Si además se tiene suerte y acaba de llover la panorámica es imborrable.
Parque Geológico de Zhangye Danxia.
Foto de Eric Petherson.
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